Pero, ¿qué es lo que desmintió la madre buscadora al respecto?
En entrevista con la periodista Adela Micha, Flores dio fin a la polémica tras declarar que el sujeto con el que estaba platicando era su hermano. Él y uno de sus seis hijos, dijo, se dedican a la venta de la “leche de sapo”, una sustancia psicodélica que se obtiene de el conocido sapo del desierto sonorense (Incilius Alvarius). Este animal habita en las regiones de las llamadas comunidades seris; entre ellas, la región de Punta Chueca, la cual es muy reconocida por la activista:
“Fíjate que ese video es mi hermano. Mi hermano trabaja con los seris (de Punta Chueca) (…). De hecho, de ahí vivía mi hijo (…) Es una medicina ancestral que se llama ‘sapo’. (…) En la ‘leche del sapo’, ellos la exprimen y entonces la dejan que se seque. Cuando se seca, la limpian y entonces se van juntando (y) van haciendo sus gramos”, le explicó a la presentadora del programa Me lo dijo Adela.
Así mismo, la fundadora del colectivo sonorense quiso dejar claro que el consumo de este producto es una “práctica habitual” en Sonora. Incluso, subrayó que diversos artistas y personajes famosos de México han acudido a estos lugares para adquirir esta sustancia.
La “leche de sapo” es una sustancia lechosa y espesa que se extrae de las glándulas parotoides del conocido sapo del desierto de Colorado. Este anfibio secreta un compuesto con alta concentración de 5-MeO-DMT, un potente alucinógeno de acción rápida que ha captado la atención internacional por sus efectos psicoactivos. Sin embargo, su uso tiene antecedentes entre comunidades indígenas del noroeste de México.
Entre el pueblo comca’ac, existen registros del uso ritual y medicinal de esta secreción, aunque no de su inhalación como droga recreativa. De acuerdo con testimonios recogidos por etnólogos y antropólogos como Wade Davis y Octavio Rosell, los seris empleaban la “leche de sapo” de manera controlada y con fines curativos, particularmente como analgésico y para inducir estados visionarios vinculados a prácticas espirituales. En estos contextos, la secreción era recolectada sin dañar al animal, deshidratada y administrada en pequeñas cantidades.
A pesar de ello, esta costumbre ha generado controversia en años recientes debido al interés comercial y turístico alrededor del 5-MeO-DMT, lo que ha derivado en la sobreexplotación de la especie. Diversos investigadores y miembros de la comunidad seri han expresado preocupación por el uso descontextualizado de esta sustancia, el cual ignora los significados culturales y ecológicos que la rodean. En 2021, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) incluyó al Incilius alvarius en la lista de especies sujetas a protección especial, en respuesta a su creciente captura ilegal.