Por: Araceli Celaya
Por allá del 4 de junio del 2009 sobre la carretera internacional de Caborca a Sonoyta se descubrió hasta lo que era este fin de semana, la peor escena de violencia que nos había marcado a quiénes relatamos desde hace décadas la historia de nuestro Caborca.
A bordo de una camioneta Yukon, se encontraban 11 cuerpos algunos mutilados qué eran producto de una cruel guerra que en aquella época se desarrollan en la zona agrícola del municipio de Caborca, entre los grupos antagonistas que en ese momento peleaban el control de la droga y el inicio de la llegada los migrantes centroamericanos.
Hoy, a pesar de que pensábamos que la escala de dolor, violencia y muertos no podría sorprendernos, esta fin de semana hemos visto el nivel de salvajismo, brutalidad y crueldad con que les quitaron la vida al menos a 16 personas que a simple vista presentaba huellas de tortura y hasta de abusos sexuales.
Pero yo creo que allí debe de haber muchos más cuerpos, porque el actuar de esos homicidas es como el del ladrón que al principio cuidaban detalles de sus robos, pero luego de algún tiempo en que no fue descubierto dejó de tener medidas de cuidado, primero los sepultura, ya después solo los abandonada para que los animales carroñeros se alimentaran de los cuerpos.
Está vergonzosa noticia, es sin duda una de las más grandes ligas a una barbarie que se registró en las últimas semanas bajo las narices de un gobierno, que anuncia y anuncia operativos, reforzamiento y llegadas de cientos de policías de todas las corporaciones, los cuales evidentemente solo han servido para hacer vallas en los hechos violentos o detener a los “chamacos” alucines que se creen sicarios, porque los altos mandos sin duda, siguen pagando sus “arreglos”.
Me niego a que mi glorioso Caborca, sea nuevamente nombrado como un pueblo donde se ha desarrollado una nueva barbarie, cuando aquí vivimos familias de bien, oriundas y forjadas bajo los climas más extremos y aun así somos un pueblo generoso y solidario.
Esto a quiénes nos ven de fuera y que no conocen Caborca, tenlo por seguro esto no somos los caborquenses, por ello me seguiré negando a normalizar la violencia como una nueva forma de vida.
Por ello exijo como ciudadana, que se pongan a trabajar quiénes debe dar resultados reales y tajantes, y ya dejen de simular que todo esta bien, cuando seguimos viviendo con miedo y en medio de esta maldita guerra.