El equipo del presidente electo estadounidense, Donald Trump, negocia de forma discreta y a través de canales alternativos con México y El Salvador, con el fin de que acepten a los migrantes indocumentados que planea deportar masivamente cuando asuma el poder en el mes de enero de 2025.

Así lo dio a conocer el lunes el periodista Eric Martin en un reportaje publicado por Bloomberg, en el que señala que uno de los desafíos logísticos para llevar a cabo el plan de deportaciones masivas tiene que ver con el destino de las personas que sean expulsadas de territorio estadounidense.

De manera que el equipo de Trump ya se habría comunicado con contactos de los gobiernos de Claudia Sheinbaum y Nayib Bukele para que reciban a algunos de estos migrantes expulsados.

Martin cita en su texto a fuentes familiarizadas con las conversaciones, que revelaron que los contactos tienen como objetivo “sentar las bases para planes, tanto para detener los cruces fronterizos ilegales, como para encontrar un lugar para aceptar a las personas que Trump expulse”.

De acuerdo con el reporte, “parte de la comunicación se dirige a funcionarios gubernamentales y las conversaciones se llevan a cabo a través de canales alternativos, como los líderes empresariales de esos países”.

Las fuentes de Bloomberg señalaron que en las llamadas de Trump a Sheinbaum y a Bukele se abordó la migración irregular de forma general, pero no entraron en detalles sobre planes específicos.

Según Martin, entre los involucrados en las conversaciones se encuentra el nuevo asesor de seguridad nacional de Trump, Mike Waltz, así como el subjefe de gabinete, Stephen Miller, un firme defensor de una política de inmigración más restrictiva.

“Es probable que Marco Rubio, el senador de Florida que Trump ha elegido para secretario de Estado, lidere las negociaciones una vez que sea confirmado después de la toma de posesión de Trump”, puntualiza.

El equipo de transición de Trump no respondió a las preguntas que hizo el periodista sobre estas conversaciones.

Uno de los motivos de las negociaciones con ambos países es que Estados Unidos no mantiene buenas relaciones con Venezuela, Nicaragua y Cuba, o incluso China, y ello podría dificultar las deportaciones de personas con estas nacionalidades.

El jueves 5 de diciembre, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró en su conferencia matutina que buscará un acuerdo con Trump para que las deportaciones se hagan de forma directa a los países de origen de los migrantes, sin pasar por territorio mexicano.

“Evidentemente, nosotros somos solidarios con todos y con todas, pero nuestra principal función es recibir a las y los mexicanos, y esperamos tener un acuerdo con la Administración Trump en caso de que haya estas deportaciones para que ellos también envíen a sus países de origen a las personas que vienen de otros países”, aseguró.

“Hay un acuerdo actual con la Administración del presidente Biden en donde, para muchas de las nacionalidades, ellos directamente los envían en su día a día a sus países de origen, ahí en donde no tienen una relación directa hay un acuerdo también para que contribuyan, desde México, a enviar a las personas”, dijo la mandataria.

El lunes, el presidente electo Donald Trump aseguró que los gobiernos de México y Canadá están “avisados” del problema económico que causan sus migrantes a Estados Unidos. Desde su casa de Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida, aseguró que su país pierde “mucho dinero” con México y Canadá.

También anunció que continuará con la construcción del muro fronterizo con México, pese a los “cientos de millones” de dólares que costará.

 

Fuente: Aristegui Noticias