La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo mandó un mensaje de conciliación al próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el que reconoció la importancia del país para la economía del vecino del norte, pero tambien advirtió el peligro que le representaría perder la fuerza de los trabajadores mexicanos.
Durante un acto público en San Nicolás, Nuevo León, la presidenta cambió su discurso habitual y anunció a los invitados al evento que leería un texto al parecerle “importante por el momento que estamos viviendo en México y en nuestra relación con Estados Unidos”.
Apoyándose en una investigación de un instituto de políticas públicas estadounidense, The Peterson Institute for International Economics (PIIE), destacó los peligros que enfrentarían las dos naciones si se expulsara al 50% de la mano de obra mexicana de ese país.
“Si los trabajadores mexicanos dejaran de consumir en Estados Unidos, su economía se contraería más de un punto de su producto interno bruto (…) sería equivalente a destruir el valor generado por la totalidad de la agricultura, la pesca y la silvicultura en los Estados Unidos”, advirtió .
En su lectura, la mandataria reconoció tambien que México depende de los connacionales que migran y que contribuyen con más de 60 mil millones de dólares a la economía del país.
Y enfatizó en que “el 80 por ciento de los salarios que los trabajadores mexicanos ganan en Estados Unidos se consumen en Estados Unidos, 80 por ciento”.
En otro párrafo, subrayó que “si la migración legal se redujera en 50 por ciento a lo largo de 10 años, la deuda del seguro social en Estados Unidos aumentaría 13%, sumando pérdidas de 1.5 billones de dólares en 75 años”.
Este es el segundo texto lee con dedicatoria al próximo presidente norteamericano. El primero fue el 26 de noviembre, cuando amenazó con aumentar los aranceles 25% a México y Canadá.
La presidenta aseguró que se “ha desarrollado una estrategia para evitar que los migrantes atraviesen el territorio nacional para alcanzar el de Estados Unidos, sin violar los derechos humanos de los viajeros empezando por el derecho a la vida, y lo vamos a seguir haciendo”.
“La migración de mexicanos ha disminuido porque ya no hay necesidad de migrar porque con la Cuarta Transformación disminuyó la pobreza y la desigualdad, se siguen aplicando programas que hoy son derechos”, advirtió.
Luego de este punto, la presidenta volvió a su discurso habitual, en el que destacó los programas sociales y las acciones de gobierno federal.
Increpan a Samuel García y a Sheinbaum
Una mujer de edad avanzada que caminaba con apoyo de un bastón interrumpió por un par de minutos la inauguración de la Unidad de Medicina Familiar No. 73 ubicada en el municipio de San Nicolás de los Garza, en Nuevo León.
Momentos después de que participara el gobernador de la entidad, Samuel García, quien había presumido que todos los habitantes “gozan de salud en el gran estado de Nuevo León”, una mujer burló la seguridad y logró llegar hasta la primera valla metálica que separa el templete donde se ubicaban los seis servidores públicos, y empezó a reclamar la atención médica de un familiar.
“Gobernador, ¡pregúnteme a mí que calificación me da!, si me permite hablar con usted, yo le doy mi calificación, pero si no me deja hablar: ¡cero! Necesita atender a normalistas”, reclamó.
Levantando su bastón y señalando al gobernador, reclamaba atención a un familiar enfermo que no le daban diagnóstico, tratamiento ni insumos.
El gobernador, que minutos antes había presumido la atención médica en estado, se quedó petrificado y recargado sobre el respaldo de la silla; no se movía y sólo asentía con la cabeza.
Los animadores locales que regularmente acompañan en estos eventos a grupos de simpatizantes invitaron a corear el nombre de la presidenta “Claudia, Claudia”, pero esto no evitó que la señora siguiera reclamando la atención.
Ni siquiera el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo, se atrevió, ni mucho menos los otros cinco funcionarios, a atajar el dialogo de la señora inconforme.
La presidenta fue la única que se inclinó para pedirle a la señora que hablaran al concluir el evento.
La presidenta respaldó la labor del gobernador y a los trabajadores de la salud, sin embargo, una voz de otro adulto mayor la increpó demandando atención.
“Nadie me atiende en mi casa, somos dos adultos mayores”, se escuchó una voz entre el público.
La presidenta les dijo que “en un momento los recibía” y continuo su discurso para retomar el reconocimiento al gobierno de Samuel García.