La pesca ribereña está a punto de irse al fondo del mar, incluso en la mejor temporada del año y la más capitalizable, la del camarón.

Y es que resulta que al menos en las últimas tres temporadas, los pescadores tienen un nuevo competidor, el crustáceo centroamericano y sudamericano que llega a los mercados locales a través de la triangulación de importaciones, y por grandes agujeros en las revisiones aduanales y de vida silvestre.

A esta triangulación, los pescadores la consideran ilegal pues el producto llega a los mercados de un falso origen, siendo la procedencia real países con los cuales México no tiene acuerdo comercial bilateral.

De no detener la importación, la industria de la que dependen más de 20 mil familias de la entidad podría quedar hundida en unos pocos meses y sin posibilidades de ser rescatadas o sacadas a flote, coincidieron los líderes ribereños, José Alfonso Chaparro Bojórquez y Leonel Sánchez Cota, dirigentes de la Federación de Cooperativas Pesqueras Ribereñas, Siglo XXI y del Norte de Sinaloa y Sur de Sonora, respectivamente.

Ambos se aliaron en un colectivo para exigir a la presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, endurezca las políticas aduanales, vigile a los inspectores y frene la corrupción aduanera, pero meses después del reclamo, la respuesta parece viajar en caracol, pues va lenta. Mientras, la pesca artesanal se hunde.

Sánchez Cota dijo que lo menos que el gobierno debe de hacer para mantener la actividad primaria en el país es regresar los subsidios que eliminó por llevarse el dinero a programas clientelares y de dividendos políticos.

“Sólo con subsidios a la gasolina, al hielo, de renovación de flota, algunos fiscales como la devolución del Impuesto al Valor Agregado se podrá sacar adelante la actividad que ahora está seriamente amenazada. En los países de alta producción de camarón, los gobiernos dan esas facilidades a los trabajadores nacionales, pero en México se eliminan los financiamientos, así es que el enemigo está entre nosotros”, consideró Sánchez Cota.

El costo de pesca de un kilo de camarón de talla comercial para el abasto doméstico es por encima de los 100 pesos, pero el de importación disfrazada está por debajo de ese valor, ya que en los mercados locales y en las calles se vende a ese mismo precio, pero con menor calidad y en menor peso.

“De entrada, ya estamos vendiendo a pérdida, sin recuperar los costos de producción y mucho menos con utilidad. En términos callejeros diríamos que vendiendo el camarón perdemos, y nuestras familias quedarán en la miseria y se tendrá hambre en los campos pesqueros. Eso es peligroso, porque los hombres buscarán alternativas para resolver las necesidades de las familias”.

Chaparro Bojórquez secundó a Sánchez Cota y reconoció que el problema de la importación disfrazada de camarón es más grande de lo que aparenta ser, pues para que esta ocurra se requiere de empresarios sin escrúpulos y de cadenas comerciales que tienen sistemas de frío para conservar por semanas el producto comprado a bajísimo precio.

Sin embargo, insistió que el mal está en el origen de la importación, y en las políticas públicas del gobierno.

Cualquier actividad de economía primaria que tenga los subsidios necesarios será competitiva en los mercados globales, pero sin apoyos difícilmente se podrá salir adelante. Esta, consideró, es una mala práctica pues se está entregando la soberanía alimentaria a la importación, y terminará sucediendo que las necesidades de las personas estarán sujetas a condiciones de mercado y en manos de los industriales. “Es una incongruencia, consideró, pues hoy hay un Gobierno que dice que primero los pobres”.

El líder pesquero aseguró que ningún pescador de Sinaloa puede presumir bonanza en las condiciones actuales, sino que en su totalidad acusan un bajón en los ingresos.

“Así se tengan buenos volúmenes de pesca, con tallas comerciales, de producto silvestre, sin engorda industrial, que se capturan con métodos eficientes y equipos ahorradores nunca se tendrá utilidad porque los costos de producción no son subsidiados en el mismo porcentaje que ocurre en otros países con litorales similares”, dijo.

Ambos dirigentes pesqueros aseguraron que, de continuar sin apoyos, la pesca, irremediablemente navega hacia el fondo del mar.

 

Fuente: Ríodoce