Durante el gobierno de Porfirio Díaz se construyeron múltiples cárceles y manicomios, dicho gobierno de carácter positivista, tenía como parámetro el progreso de la ciencias occidentales como Francia y Estados Unidos. Entre sus numerosos proyectos se levantó la prisión de Las Islas Marías, lugar donde se enviaron desde ladrones hasta vagabundos.
En el último tramo del Porfiriato, el presidente, o dictador, Porfirio Díaz, mandó a construir la Colonia Penal Federal Islas Marías en el archipiélago que contaba con el mismo nombre, Islas Marías en Nayarit. También conocida como “La Tumba del Pacífico”. En sus inicios fue una cárcel sin rejas, el sol y el océano eran los encargados de impedir que los reos escaparon, de ahí que se le llamara “el penal con muros de aguas”.
La prisión se encontraba en la denominada Isla María Madre, los orígenes del “Alcatraz Mexicano” son obscuros, pues se remontan al crimen de Estado perpetrado por el gobierno de Díaz durante la Guerra Yaqui, en la cual, sufrieron una deportación sistemática a distintos estados de la República, entre ellos Nayarit. Lugar en el que fueron sometidos a trabajados forzados hasta su casi exterminio.
Dicha situación cambió, al menos en la Prisión de Islas Marías, lugar donde dejaron de llegar prisioneros yaquis (más bien esclavos) y comenzaron a llegar prisioneros con sentencia. Cabe mencionar que esta cárcel insular, insular tenía como meta que se enviaron a convictos acusados de delitos menores como robo, vagancia, mendicidad y falsificación.
No obstante, también llegaron a haber ladrones, asesinos y violadores dentro de la prisión, la gran generalidad de los reclusos llegaban y permanecían en las Islas Marías sin condena y en muchos casos, varios inocentes.
La pena más común en las Islas Marías era la de relegación, que no implicaba sólo la pérdida de la libertad, sino también la incomunicación y el destierro, que en muchas ocasiones fueron personas que quedaron en el olvido.
Ante tal situación, el gobierno porfirista decidió fijar que en dicha prisión sólo podían llegar convictos que tuvieran una sentencia máxima de seis años y una mínima de dos.
Algo bastante llamativo es que, todo aquel reo que tuviera buena conducta y obtuviera su libertad, tenía la posibilidad de establecerse en la isla con su familia.
Tras la caída y destierro de Porfirio Díaz en 1911, se puso en debate entre legisladores mexicanos la continuación o no de la prisión del régimen porfirista.
La prisión continuó a pesar de ciertas diferencias, y es que algunos lo consideraban como Siberia, en donde se trasladaba a los indeseables y opositores del “zar” Porfirio Díaz.
Tuvo por mayoría (Islas Marías) de inquilinos a relegados, presos políticos (cristeros, comunistas, luchadores sociales, obreros y campesinos) y personajes fuera del canon que fueron levantados por las razias: homosexuales, prostitutas y consumidores de drogaSeñala el sitio web del Gobierno de México, Memórica
Pasaron los gobiernos y a la prisión siguieron llegando condenados “indeseables para la sociedad”. Durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho en 1943, en el marco de la Segunda Guerra Mundial, se determinó enviar a la isla a todos los individuos de “conducta antisocial”. Pues dicho gobierno consideró que algunas personas podrían aprovecharse del contexto del conflicto internacional.
Cabe mencionar que el gobierno de Ávila Camacho nunca específico qué se consideraba como “conducta antisocial”. Situación precaria, pues en dicha ambigüedad legal, todo aquel que fuera reo en dicha prisión, se les aplicó la Ley de Suspensión de Garantías Individuales. Dicha situación fue igual para prisioneros acusados de espionaje, traición a la patria, conspiración, rebelión, sedición, desórdenes públicos, revelación de secretos y delitos de disolución social.
Durante esta época, las autoridades mexicanas enviaron a Las Islas Marías a 50 extranjeros, los cuales al ser investigados por el Poder Ejecutivo y el Departamento de Investigaciones Políticas y Sociales, se les consideró como una amenaza para la nación.
El final de la prisión de Las Islas Marías
Ya en el México Contemporáneo, en el año 2000, las Islas Marías fueron declaradas Área Natural Protegida bajo la categoría de Reserva de la Biosfera.
En 2005 la UNESCO las reconoció como Patrimonio Natural de la Humanidad. Tras esto, el gobierno de México trabajó en la protección de la flora y fauna endémicas y en peligro de extinción, a pesar de que el archipiélago aún tenía función de cárcel.
Tras 113 de años de operación, en 2019, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), terminó con las funciones de reclusorio en el archipiélago.
El gobierno oficialista argumentó que el cierre obedeció a diversas causas, entre las principales, el gasto y el considerar que el sistema de reinserción de la prisión era disfuncional, pues vulneraba los derechos humanos de las seis familias que habitan las islas.
Por ello, las Islas Marías pasaron de ser una lúgubre prisión, a ser consideradas Patrimonio de la Humanidad y un destino turístico.
Fuente: El Sol de México