Por: Daniel Sánchez Dórame | Excélsior

El pasado viernes, al menos mil personas, provenientes de todos los rincones de Sonora, se reunieron en Hermosillo, para comenzar una lucha, que primero será con negociaciones con el gobierno y activistas, pero que podría escalar. a lo judicial, para que se permitan las peleas de gallos, actividad prohibida por las leyes de protección animal, pero que continúa ocurriendo de manera clandestina, una industria que representa más de 8 mil 250 millones en derrama económica anual en México.

A nivel mundial, México es potencia en la cría de aves de combate, con una población estimada superior a 50 millones de gallos de pelea, lo que representa que unas 550 mil familias se beneficien directa o indirectamente de la industria, actualmente sólo en nueve entidades del país se permiten las peleas de gallos que son Jalisco, Sinaloa, Estado de México, Guerrero, Zacatecas, Aguascalientes, Tlaxcala, Nayarit e Hidalgo.

En el caso de Zacatecas, Aguascalientes, Tlaxcala, Nayarit e Hidalgo, incluso consideran las peleas de gallos como patrimonio histórico intangible, mientras que en el resto del país las leyes de protección inhiben su práctica al considerarlas como un acto de crueldad contra la especie.

En entrevista, el médico Francisco Ezequiel Ramos y el gallero de profesión Enrique Ung explicaron que están buscando un diálogo con el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, y las sociedades protectoras de animales, para encontrar un punto de acuerdo que regule y no prohíba las peleas de gallos, con el fin de resolver la polémica mediante la negociación y evitar una batalla legal similar a la que finalmente permitió el regreso de la tauromaquia.

A pesar de la prohibición, en Sonora se continúa practicando las peleas de gallos en todos los municipios del Estado, principalmente en las fiestas de los pueblos, pero también en ciudades al menos una vez al mes.

Actualmente hay un millón de gallos de pelea en Sonora, los cuales representan el sustento para 11 mil personas de manera directa y otras 20 mil de manera indirecta, como parte de las cadenas de proveeduria de la industria gallística.