MEXICALI- Este junio, las temperaturas más altas de todo México se han registrado en Mexicali. El 18 de junio el Servicio Meteorológico Nacional registró aquí 50.6 grados, el 23 llegó a 48.1 grados y el 24 de junio a 47.7.

El sol aún no se asoma cuando los campesinos salen y trabajan la tierra. Su protección son camisas con manga larga, un sombrero de ala ancha y, de ser posible, un poco de agua que guardan en morrales. Los primeros rayos en salir se sienten como caricias que después de unas horas desgarran cualquier pedazo de piel que se asoma debajo de la ropa.

El sol no tiene piedad”, dice Marcos, un joven jornalero de Oaxaca que viajó hasta los campos agrícolas de la capital de Baja California para piscar sandías.

Ni el sol ni los patrones tienen piedad porque ni siquiera nos permiten descansar, cuando saben que el calor nos puede costar la vida. ¿A poco vale más un bote de sandía que una vida de nosotros?”, cuestiona.

El pasado 17 de junio el cuerpo de Rosendo, un campesino de 62 años, fue hallado acostado junto a una llave de agua. Habían reportado al número de emergencia que un hombre estaba inconsciente. Moreno y complexión delgada, vestía pantalón de mezclilla azul y una camisa de tirantes blanca y unos huaraches cafés.

Cuando llegaron los cuerpos de emergencia, los brazos de Rosendo se aferraban al grifo del agua. Personal del Servicio Médico Forense determinó que la causa de la muerte fue un golpe de calor. Apenas unos 10 días antes ya se había registrado la muerte de otro campesino por la misma razón: exposición a las altas temperaturas.

Para Marcos no es opción dejar el trabajo. Acostumbrado a un calor más benevolente, el de su tierra, nunca se imaginó las condiciones en las que tendría que piscar. Le dijeron que en los campos agrícolas de esta región podía ganar más dinero, que había mayores beneficios en las empresas, pero del calor y de los riesgos nadie le dijo nada.

Nadie nos dijo nada, ni nos explican qué es un golpe de calor. A veces en los ranchos no hay ni quién te atienda en una emergencia, mucho menos en casos así, pero tampoco hay muchas opciones. Uno viene aquí a sobrevivir y a darlo todo por la familia”, lamenta.

La primera víctima por golpe de calor registrada en uno de estos ranchos fue Gilberto Vargas, un joven que también era jornalero en el Valle de Mexicali. Murió en su casa, a donde personal del rancho donde pisca lo mandó a morir.

De acuerdo con el relato de sus compañeros de trabajo, el 7 de junio mientras piscaba sandía, Gilberto comenzó a sentirse mal. Se tambaleaba y ya desorientado también comenzó a desvariar hasta que terminó por desmayarse delante de sus compañeros.

Sus colegas se acercaron para ofrecerle ayuda, pero el responsable del rancho los regresó a su lugar de trabajo y a Gilberto lo mandó a su casa, donde casi de inmediato falleció. Lo trasladaron del trabajo a su hogar en una camioneta sin darle atención.

Murió una hora después a causa de un golpe de calor, de acuerdo con los resultados de la necropsia. En esa evaluación también se descartó que hubiera consumido algún tipo de droga, como insinuó el trabajador que lo llevó a casa.

En casa lo recibió su familia, lograron meterlo en una bañera con agua fría y aun cuando pensaron que se sentía mejor, Gilberto vomitó, desvariaba y decía incoherencia, prácticamente siguió la lista de síntomas que describen un golpe de calor. Sin saber qué más hacer, en escasos minutos el cuerpo del joven no resistió y murió.

Tanto Rosendo como Gilberto ganaban alrededor de 400 pesos diarios, pero cuando llega la temporada de intenso calor, que a veces logra superar los 40 grados, los dueños de los ranchos suelen ofrecer más dinero como incentivo para que se queden y trabajen expuestos a las altas temperaturas.

En total son tres las personas que han muerto por golpe de calor en esta temporada en Mexicali, dos de ellos campesinos.

Ante esto, la Secretaría de Salud de Baja California se comprometió a colocar más puntos de hidratación en la zona agrícola y la Comisión Estatal de Derechos Humanos abrió una carpeta de investigación para determinar si existió alguna omisión o negligencia por parte de la Secretaría del Trabajo estatal.

 

Fuente: El Universal