Fuente: Diario de Morelos
Aunque las personas adultas mayores conocen sus derechos en general, en numerosas ocasiones no los pueden ejercer por su vulnerabilidad, condición física, necesidad de cuidados, etcétera; “no se animan a algo tan esencial como opinar o tomar decisiones; guardan silencio para no arriesgarse a dejar de recibir el cuidado de los familiares, asevera la académica de la UNAM, Virginia Amalia Vázquez Téllez.
El maltrato tampoco se denuncia. Tienen miedo a que haya aún más abuso, explica. Además, no se debe perder de vista que, dentro de ese grupo poblacional, hay quienes son más vulnerables: mujeres, de alguna minoría y con discapacidad.
Ante ese panorama, dice la especialista, se requiere reconocer y hacer visible esa condición que viven varios ancianos para promover una cultura de envejecimiento activo y saludable entre ellos y en el resto de la población.
“Existe una gran probabilidad de que todos alcancemos los 60 años o más. Lo que hagamos ahora repercutirá en nuestro futuro y en el adulto mayor que podamos llegar a ser”, enfatiza.
En vísperas del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, que se conmemora el 15 de junio, la universitaria refiere que además del maltrato físico existen otros, como el psicológico, explotación financiera, abandono y hasta abuso sexual.
Por ejemplo, daño corporal; actos verbales o no verbales que generan angustia, desvalorización o sufrimiento; contacto sexual no consentido; descuido o desamparo de una persona que depende de otra; el uso ilegal de sus fondos, de la propiedad o los recursos; y la falta de políticas sociales y de salud adecuadas.