El obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, arremetió contra el gobierno estatal por su versión sobre el caso de su homólogo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, además le acusó de perseguir a la Iglesia y cuestionar su autoridad moral utilizando una “fábrica de bots” con miles de cuentas en redes sociales.
En su tradicional homilía de este domingo, el también secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), aseguró que, sin tener pruebas, se está asegurando que Rangel Mendoza “hizo algo malo”, mientras que sostuvo que el fiscal Uriel Carmona Gándara, que es el responsable de la investigación del caso, les ha dicho que existen todas las evidencias para demostrar que se trató de un secuestro exprés.
“Cuando se acusa a una persona hay que darle la oportunidad a la persona que se defienda y en este momento no ha sido todavía capaz por consecuencia de la droga que le inyectaron de poder defenderse y decir exactamente, qué pasó. Por lo tanto, se están haciendo conjeturas a la ligera”, dijo para empezar.
Sostuvo que una vez que el obispo Rangel apareció el lunes pasado, “se están confundiendo a muchísima gente y sobre todo están poniendo en evidencia la maldad que tiene el corazón humano” y acusó que esto se ha utilizado como un instrumento político.
Y acusó que “ya saben quién” —en referencia al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y su movimiento— están utilizando “una fábrica de bots” para atacar a la Iglesia católica.
“Dijeron: ‘vamos a aprovechar este momento y vamos a darle con todo para que la Iglesia pierda su autoridad moral’”, declaró.
Además, pidió a quienes tienen que llevar a cabo la investigación que lo hagan con profesionalismo, apegados a la ley y con ética. Adelantó que una vez que el obispo emérito tenga la capacidad declarar lo hará y entonces “sabremos a fondo, qué ha sucedido”.
Finalmente, dejó la puerta abierta a que tal vez el obispo Rangel Mendoza haya hecho “algo malo”: “Si eventualmente hubiera algo que acusar, la Iglesia tiene su derecho canónico, la ley de la Iglesia es fuerte y quien viola esa ley eclesiástica y merece una pena y no tapamos a nadie, a nadie, sacerdote un obispo, si algo malo ha hecho está la pena canónica”.
El pasado sábado 27 de abril, el obispo emérito Salvador Rangel Mendoza fue visto por última vez cuando salió de su domicilio ubicado en el fraccionamiento Las Fincas de Jiutepec, en Morelos.
El lunes 29 se denunció su desaparición ante la Fiscalía General de Morelos. La tarde de ese mismo día el presbítero fue hallado con vida en el Hospital General de Cuernavaca, donde se encontraba desde el domingo anterior.
El fiscal de Morelos, Uriel Carmona, dijo la misma tarde del lunes que una de las hipótesis más fuertes de la investigación de la desaparición del obispo por 36 horas, era que había sido víctima de un secuestro exprés.
Sin embargo, 72 horas después, el jueves 2 de mayo, el titular de la Comisión Estatal de Seguridad (CES) de Morelos, José Antonio Ortiz Guarneros, aseguró que no había evidencia de que hubiera sido víctima de tal secuestro.
Fuente: Latinus