En los zoológicos de Chapultepec y San Juan de Aragón murieron siete jirafas entre los años 2020 y 2023. Ninguno de estos mamíferos alcanzó la mitad de su expectativa de vida promedio según expertos.
Cinco de las jirafas murieron antes de cumplir el año de vida. De estas, cuatro eran machos y se encontraban en el zoológico de Aragón.
Uno de ellos era neonato al momento de morir el 18 de marzo de 2020. Previamente, el 29 de enero, murió una jirafa de 5 meses y 3 días.
2020 fue el año que más decesos de esta especie se registró con un total de tres: los dos previamente mencionados en Aragón y otro más en Chapultepec- esta de 9 años y medio de vida.
En el aniversario de la revolución de aquel año nació una jirafita bebé, con lo que para noviembre de 2020 sumaban 13 jirafas en los zoológicos capitalinos.
Posteriormente murieron cuatro.
En 2021 murió en Chapultepec una jirafa hembra de 9 años 10 meses. Al siguiente año, falleció en San Juan de Aragón un macho luego de vivir tan solo un día.
En febrero de 2023, falleció otra jirafa del zoológico de Aragón. Solo tenía dos meses de edad.
En el zoológico de Chapultepec, el 27 de julio del año pasado se registró el deceso de una jirafa hembra recién nacida.
Según National Geographic, en libertad estos animales “viven aproximadamente entre veinte y veinticinco años”.
En el propio zoológico de Chapultepec se encuentra Fortunata, una jirafa de 33 años.
De acuerdo con Giraffe Conservation Foundation (Fundación para la conservación de la jirafa), esta especie se encuentra en un estado de extinción “vulnerable”, estimando su población actual en 117 mil ejemplares.
Dos subespecies de jirafa se encuentran en estado crítico de extinción: la de Kordofán y de Nubia.
Lucía Hernández, divulgadora de la ciencia y quien a través de solicitudes de transparencia ha dado seguimiento año con año a las muertes en zoológicos capitalinos, dijo en entrevista para Aristegui Noticias que le sorprende la tasa de mortalidad actual en estos centros de cautiverio así como las “malas condiciones” que ha observado.
“Llama mucho la atención que el Zoológico de Chapultepec en algún tiempo fue el mejor hospital veterinario de México y ahora tiene que utilizar a un tercero para estudios básicos”, señaló.
“Actualmente presumen el nacimiento de una jirafita bebé en redes sociales, pero no dicen que en los primeros cincuenta días de que entró Martí Batres al gobierno se les murió una recién nacida”.
El más reciente nacimiento ocurrió el 1 de noviembre en el zoológico de Chapultepec; un macho hijo de “Valentino”, el padre, y de “Sicaru”, la madre.
Actualmente, el jirafito se encuentra bajo crianza artificial, pues según comunicó la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema), su madre lo rechazó.
“La jirafa no fue aceptada por su mamá pero gracias a la labor de médicos veterinarios, biólogos y cuidadores de animales se encuentra en buenas condiciones de salud y actualmente es alimentada con un biberón de becerro”, dice el boletín oficial publicado el 24 de enero.
Frente al optimismo expresado por Sedema con este nacimiento, Lucía Hernández matiza: “Dentro de los zoológicos no tienen las condiciones adecuadas para que esté una jirafa embarazada, lo cual resulta aún más grave dado el fracaso que han tenido con su elevado número de muertes”.
En julio de 2023, Aristegui Noticias documentó a través de solicitudes de transparencia que del 1 de enero del 2018 al 31 de mayo del 2023, murieron 1,805 animales en los zoológicos de Chapultepec y San Juan de Aragón.
El promedio global de defunciones fue de casi una muerte diaria (0.91) en este lapso de cinco años 4 meses y 30 días.
Tan solo un mes y 20 días después de publicar estas cifras, murió en Chapultepec una jirafa hembra neonata, la séptima en un lapso de 3 años, 5 meses, y 27 días.
Sobre la protección a jirafas, Hernández recordó el caso de la jirafa Benito, el cual consideró dramático por las condiciones tan explícitamente malas en las que se encontraba al interior de Parque Central, Ciudad Juárez, Chihuahua.
Sin embargo, señala que las condiciones en los zoológicos capitalinos tampoco son óptimas, tal como ambientalistas han denunciado con otros animales como hipopótamos y elefantes.
“El problema aquí es que a las personas las agarran descuidadas. Yo he hablado con muchas personas que han llevado a sus hijos, que son público en general, y no se imaginaron lo que llegaron a ver: a los animales en malas condiciones. El asunto aquí es ¿por qué normalizamos así a los zoológicos de la Ciudad de México?”.
El presupuesto de los zoológicos capitalinos (Chapultepec, San Juan de Aragón y Los Coyotes) para adquirir alimentos y medicamentos se ha mantenido en declive desde 2019, de acuerdo con lo publicado por Lucía Hernández en el portal Amo la Ciencia, basándose en sus propias solicitudes de acceso a la información.
Por ejemplo, en 2022- el año con más muertes en los zoológicos– el Gobierno de la entonces jefa capitalina, Claudia Sheinbaum, aprobó un presupuesto para alimentar a los animales “de 19.9 millones de pesos, en contraste, en 2019 el monto ejercido fue de 42.5 millones“, según la divulgadora de la ciencia.
Es decir, en 2022 la Ciudad de México realizó un recorte del 53.1%, con respecto al ejercicio de tres años antes.
No obstante, Sedema ha reiterado constantemente que sus animales se encuentran en óptimas condiciones. En noviembre de 2023 emitió un comunicado por los 59 años del zoológico de Aragón, lugar donde habita la elefante Ely.
Con motivo de esta conmemoración, Fernando Gual Sill, director General de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre, “resaltó que los Centros de Conservación de la Fauna Silvestre de la Ciudad de México (Chapultepec, San Juan de Aragón y Los Coyotes) han contribuido, por ejemplo, a recuperar a especies en peligro de extinción como el lobo mexicano y el cóndor de California por medio de programas de reproducción y reintroducción a la vida silvestre, en colaboración con otras instituciones nacionales y de otros países”.
“Yo sé que muchos animales no se pueden trasladar, que es comprensible que algunos animales se queden allí, pero se espera que cumplan su ciclo de vida con las mejores condiciones sin conseguir otro animal para reemplazarlo“, expresa la divulgadora de la ciencia Lucía Hernández y recomienda optar por centros de conservación cuyo énfasis sea la protección animal y no atraer visitar y “sustituir” constantemente animales para exhibirlos.