Por: Marlene Valero | La Silla Rota

Entre la maleza y el polvo del desierto de Sonora se asoma un gorro con figuras de Star Wars. Al lado de éste también hay bóxeres de hombre, pantalones, camisetas y hasta calcetines. Podría pensarse que son prendas de vestir que alguien olvidó, hasta que, a un lado de ellas, cientos de casquillos de balas de un “Cuerno de chivo” destellan con los intensos rayos del sol.

Se trata de ropa que pudo pertenecer a personas en sus últimos momentos con vida. Prendas de hombres que hoy en día están desaparecidos, que podrían estar enterrados en el desierto, en el municipio de Altar, al norte de la entidad, donde Ceci Patricia Flores y otras integrantes del colectivo Madres Buscadoras de Sonora escarban para encontrarlos.

Este hallazgo se hizo el pasado 25 de agosto, en una zona controlada por el narco y azotada por la violencia, debido a su cercanía con la frontera de Estados Unidos, que la hace propensa al trasiego de drogas, armas y hasta del tráfico de personas.

Pero no es la primera ocasión en la que colectivos de búsqueda encuentran prendas de vestir que alguna vez pertenecieron a un hijo, un padre, un hermano o una madre, donde, además de ropa, hallan osamentas, cráneos, fémures o cuerpos que comienzan a descomponerse.

En este sexeniofosas como éstas han hecho de México un cementerio clandestinofosas sin fondo donde encuentra no un cuerpo, sino hasta decenas.

Las cifras oficiales lo confirman. Desde diciembre del 2018 hasta agosto del 2023 se han encontrado un total de 2 mil 863 fosas clandestinas en el país, de acuerdo a la última actualización de la Secretaría de Gobernación.

Veracruz, Colima y Sinaloa son los estados con el mayor número de ellas. En el primero se han hallado 344, en el segundo 308 y en el tercero 283. Sin embargo, no son los únicos, otras entidades también están en la lista como Michoacán, Jalisco, Tamaulipas, Chihuahua y Sonora.

El sexenio de las fosas clandestinas

Para las madres buscadoras, el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador quedará marcado por las fosas clandestinas y el incesante número de desaparecidos.

Después de la desaparición de su hijo Marco Antonio, en mayo del 2019, Ceci Flores comenzó con su búsqueda por el monte, lotes baldíos y la carretera por donde fue visto por última vez.

Esta búsqueda la ha llevado a encontrar decenas de fosas clandestinas en todo el territorio sonorense. La más grande de ellas, fue la que marcó el inicio del colectivo Madres Buscadoras de Sonora y visibilizó que en este estado norteño también existen y no solo en el sur del país.

Fue en octubre del 2019, a solo un año de que Andrés Manuel López Obrador tomara protesta como presidente de México, cuando localizaron una de las fosas clandestinas más grandes del país, la de Puerto Peñasco.

Este municipio, conocido más por ser destino turístico para ciudadanos de Arizona y sede del ‘spring break’ de universitarios estadounidenses, quedó marcado al encontrar 59 osamentas completas con sus ropas y algunos cadáveres todavía en estado de putrefacción.

Desde entonces, Ceci Flores y su colectivo no se han detenido. Cada día, después de casi cuatro años, salen diariamente al monte o al desierto con su pico, su pala y su varilla en forma de T para encontrar más cuerpos y regresarlos a sus familias.

“Todos los días salimos a la búsqueda, esté yo o no, en Sonora no se detiene la búsqueda, en cuanto recibimos una llamada anónima de fosas clandestinas o cuerpos enterrados, nos vamos al lugar”, asegura en entrevista con La Silla Rota.

Sin embargo, esta situación no solo sucede en Sonora. El hallazgo más reciente de una fosa clandestina fue el jueves 24 agosto, en el estado de Chihuahua, en la localidad de Coyame de Sotol.

En esta fosa se encontraron once osamentas enterradas con sus ropas, y de acuerdo con la Fiscalía de Chihuahua, se investiga si podrían tratarse de los 13 migrantes desaparecidos en septiembre del 2021, cuando intentaban cruzar la frontera hacia Estados Unidos.

“Para AMLO somos oposición y politiquería”

Ceci Flores, asegura que, para el presidente Andrés Manuel López Obrador, las madres buscadoras de México son la “oposición”, como si su lucha por encontrar a sus desaparecidos fuera un asunto de política.

El mandatario federal se ha rehusado a recibirlas en Palacio Nacional o durante sus giras por los estados. Incluso, ha llegado a atacarlas y desvirtuar su clamor durante sus conferencias matutinas.

“El presidente, lo menos que quiere es saber de nosotras, para él somos políticas, en oposición a su partido, pero no, no somos políticas ni estamos en oposición de su gobierno, somos unas madres que luchamos incansablemente por traer a nuestros hijos a casa; lo de nosotros no es politiquería, es necesidad de estar en los campos, en los montes y estar visibilizando la ausencia tan grande que dejaron nuestros hijos”, señala.

Incluso, la líder del colectivo expresa que desde hace un tiempo dejó de buscar el apoyo de Andrés Manuel López Obrador; considera que no lo necesita, ya que con sus propias manos busca a su hijo y apoya a otras madres a hacer lo mismo.

“No nos ha recibido y ya no me interesa que me reciba, no lo ocupo, en Sonora tengo muy buen apoyo, así que no me interesa para nada que me reciba el presidente”, expresa.

Sin embargo, lo que sí pide Ceci Flores es protección y seguridad para las madres y padres que luchan por encontrar a sus hijos, ya que son blanco constante de amenazas, agresiones y de hasta asesinato.

Ella ha visto de cerca la muerte de integrantes del colectivo, como el de Aranza Ramos, quien fue ejecutada a balazos en Guaymas, cuando buscaba a su esposo desaparecido; también ha atestiguado cómo hombres armados han privado de la libertad a dos madres más, para golpearlas y amenazarlas para que dejen de buscar.

Incluso, ella misma recibe mensajes y llamadas con advertencias para que desista de su lucha en Sonora y en todo el país.

“Tenemos papás desaparecidos por buscar a sus hijos y no lo podemos decir en las redes, lamentablemente seguimos sufriendo amenazas, están desapareciendo madres, les han quitado la vida en la lucha por encontrar a sus hijos desaparecidos y otras que no decimos por miedo a represalias”, agrega Ceci Flores.

La líder del colectivo se encuentra, por esto mismo, bajo el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la Segob, desde el 2021, después del asesinato de Aranza Ramos.

Las ‘fosas clandestinas’ oficiales, con miles de desaparecidos

Para Ceci Flores, además de las fosas clandestinas, hay otros cementerios en los que podrían estar miles de desaparecidos: las fosas comunes.

Explica que durante el tiempo de la pandemia por Covid-19, las autoridades apresuraron los procesos y enterraron a miles de cuerpos en fosas comunes, sin buscar identificarlos o esperar a que los familiares pudieran reconocerlos.

Por ello, considera que estos lugares son cementerios clandestinos, en donde a madres, padres, hijos, hermanas se les quitó la posibilidad de hallar a su familiar desaparecido.

“En la pandemia, lamentablemente, a la persona que encontraban sin vida, ni siquiera la subían a las redes ni nada e inmediatamente las echaban a la fosa común”, detalla.

Ante esto, la líder de Madres Buscadoras reclama que, hasta hoy en día, no ha entrado en operaciones el Centro de identificación Genética y Panteón Forense que prometió el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, el cual, podría ayudar a la identificación de miles de restos humanos que se han encontrado.

Este centro forense, de acuerdo con la página oficial del Gobierno del Estado, tendrá una inversión de 28 millones de pesos y comenzó a construirse desde el 2022.

“Lo que nosotros estamos peleando es que ya se abra el centro forense para que se hagan exhumaciones de todos esos cadáveres que (las autoridades) enterraron clandestinamente, porque es la verdad, los enterraron clandestinamente, queremos que los exhuman y les hagan prueba de ADN porque sabemos, tenemos mucha fe, que cuando hagan eso, vamos a encontrar a los nuestros, muchos de los que estamos buscando van a aparecer”, expone.

Incluso, Ceci Flores menciona que su hijo Marco Antonio, desaparecido en la carretera a Bahía de Kino en mayo del 2019, podría estar enterrado en una fosa común.

“Queremos que ese centro forense ya esté trabajando, a lo mejor hasta mi hijo está ahí y yo ando acá sufriendo, buscándolo”, señala.

“Esperamos un cambio en 2024”

Integrantes de colectivos de búsqueda esperan que para el 2024 pueda haber un cambio en cuanto a la violencia, pero también en la búsqueda de los desaparecidos.

Ceci Flores pide que quien se siente en la silla presidencial en septiembre del próximo año, pueda garantizar que las comisiones de búsqueda realmente trabajen, así como personal de las fiscalías, para que sean ellos quienes encuentren a los más de 95 mil 900 desaparecidos y no las propias madres.

“Que no tengamos que ser las madres las que busquemos a nuestros desaparecidos, que las comisiones de búsqueda realicen su trabajo y nosotras esperamos los resultados que ellos nos den. Esperamos que sí haya un cambio en el nuevo sexenio”.