Bajo presión del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para profundizar su combate al tráfico de armas de manufactura estadunidense a México, la administración Biden anunció una nueva fuerza de tarea “anti-cártel” en su frontera suroeste.
El propósito del operativo es frenar el contrabando de armas de asalto hacia territorio mexicano; entre los primeros resultados resaltan los procesos contra un puñado de traficantes.
Casi 2 mil armas fabricadas en Estados Unidos que iban destinadas a las organizaciones criminales mexicanas, así como más de 80 mil cartuchos, han sido decomisados entre octubre y marzo pasados como parte de la operación Southbound (Hacia el Sur, en inglés), conforme el gobierno de Joe Biden ha convertido el combate al tráfico de armas como una prioridad de su lucha contra el flagelo del fentanilo y de la agenda con México.
“El suministro de armas de fuego de los narcotraficantes les permite hacer crecer sus empresas y mover drogas mortales, incluido el fentanilo ilícito, a Estados Unidos… Es por eso que descubrir, interrumpir y desmantelar las redes de tráfico de armas de fuego es fundamental para los esfuerzos de la Administración Biden-Harris para combatir el fentanilo ilícito”, sostuvo la Casa Blanca.
Entre los resultados del grupo especial “anti-cártel” establecido por el Departamento de Justicia a lo largo de la frontera con México, destaca una acusación en el Distrito de Arizona contra Jorge Zúñiga-Aguilera, sentenciado a 27 meses en una prisión federal por traficar decenas de armas de fuego, y la acusación en Laredo, Texas, contra Jaime Jesús Esquivel, quien produjo y exportó ilegalmente armas automáticas a México para uso de las agrupaciones de narcotraficantes.
De acuerdo con la acusación criminal, entre septiembre de 2020 y junio de 2021, Zúñiga-Aguilera compró al menos 82 armas de fuego en armerías de Arizona y las puso en el comercio ilegal.
Dos de estas armas de fuego fueron recuperadas por la policía en la Ciudad de México. Se registró que una de ellas, fue utilizada para asesinar a una persona
Hace solo tres semanas, la fiscalía de Nuevo México consiguió una condena de 115 meses de prisión para otro sujeto que, según las autoridades mexicanas, traficaba armas de asalto para el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Los datos fueron dados a conocer durante una Cumbre de Coordinación de Tráfico de Armas de Fuego Hacia el Sur realizada esta semana en Washington D.C.
Sin la participación mexicana
En la reunión para discutir los esfuerzos en curso para detener el tráfico de armas de fuego de Estados Unidos a través de su frontera sur, participaron la fiscal general adjunta Lisa Monaco, el secretario adjunto de Seguridad Nacional John Tien, el embajador estadunidense en México, Ken Salazar; el director de la ATF, Steve Dettelbach, y el asesor adjunto de Seguridad Nacional Josh Geltzer, entre otros.
La cumbre se realizó en la sede de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés).
Sin la participación de México, los funcionarios estadunidenses identificaron acciones a corto plazo para ampliar los recursos para Southbound, que opera desde el año pasado un total de 9 fuerzas de tarea en 8 ciudades en la frontera sur, enfocadas exclusivamente en el tráfico de armas.
Las casi 2 mil armas decomisadas entre octubre y marzo pasados representaron un aumento de 65% de las confiscaciones en relación con el año previo.
Dettelbach indicó en la reunión que los cárteles mexicanos no buscan armas ordinarias, sino las de un sofisticado creciente que rebasa la capacidad de respuesta de las autoridades mexicanas, como la ametralladora M134 Minigun, usada por el ejército estadunidense y que dispara de 2 mil a 4 mil balas por minuto.
Entre el año fiscal 2021 y 2022, los decomisos de armas fabricadas en Estados Unidos con destino a México aumentaron 17%, mientras que las investigaciones realizadas por ATF sobre el tema aumentaron 217%. “No hay duda que el reto es inmenso. Por eso estamos aquí. Debemos hacer más”, reconoció.
