La Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) infiltró al Cártel de Sinaloa desde hace un año y medio lo que llevó a las agencias de ese país a tener “acceso sin precedentes” a los niveles más altos de la organización en su lucha por frenar el tráfico de fentanilo, informó ayer Anne Milgram, titular de la agencia estadounidense.

En conferencia de prensa desde Washington, donde se anunciaron nuevas acusaciones en contra de 28 operadores y líderes de la organización criminal, Milgram detalló que la infiltración de la agencia ha llevado a seguir a los presuntos criminales alrededor del mundo lo cual ha derivado en la captura de seis de ellos en Colombia, Guatemala, Grecia y Estados Unidos.

Las nuevas acusaciones, que están divididas en tres casos diferentes, alcanzan a Ovidio y Joaquín Guzmán López, y a Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, quienes al igual que sus cómplices enfrentan cargos por traficar cocaína, heroína, metanfetamina y fentanilo, además de poseer armas de fuego y lavar dinero.

Sin embargo, de momento la DEA no ha hecho mención de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, por quien ofrece una recompensa de 15 millones de dólares, y quien era el socio principal de El Chapo.

“Las acusaciones de hoy envían un mensaje claro a Los Chapitos, el Cártel de Sinaloa y las redes criminales de drogas en todo el mundo de que la DEA no se detendrá ante nada para proteger la seguridad nacional de los Estados Unidos y la seguridad y la salud del pueblo estadounidense”, dijo Milgram.

De acuerdo con la funcionaria estadounidense, la agencia a su cargo está operando al interior de la organización por lo menos desde octubre de 2021, fecha desde la que han sido detenidos integrantes como Guadalupe ‘Lupe’ Tapia Quintero, uno de los principales operadores de El Mayo Zambada; Gerardo Soberanes Ortiz, alías ‘El G1’, operador financiero del cártel; y Ovidio Guzmán, líder de Los Chapitos.