Ocho años después del derrame tóxico de la mina Buenavista del Cobre, que contaminó el río Sonora, las víctimas aseguraron que ven avances en cuanto a hallazgos, pero que todavía no se ha hecho justicia, pues la empresa responsable permanece impune.
“Me duele lo que nos está pasando. Desde el derrame el 6 de agosto de 2014 nos truncaron la vida, nos quitaron nuestra costumbre, vivimos en una vida triste”, dijo en una conferencia de prensa Norberto Bustamante, miembro del Comité Cuenca Río Sonora, sobre el que se considera el mayor desastre ambiental en la historia de la minería de México.
Durante el evento, en el que participaron miembros del comité, científicos vinculados con el caso y representantes de la organización de derechos humanos PODER, se presentó un nuevo balance y claves del desastre ambiental después de varios meses de trabajo y diálogo con el Gobierno Federal.
Presentaron, con base en información oficial, los primeros hallazgos sobre los “verdaderos daños” a los derechos humanos, a la salud, al medioambiente, al ecosistema y a la economía. Entre los que resaltaron la presencia “homogeneizada” de metales como plomo, arsénico y cadmio en habitantes de distintas poblaciones de la cuenca; la disminución de la población de insectos; así como daños económicos al estado de Sonora.
Sobre las pérdidas para la entidad, estas se cuantificaron en 10 mil 200 millones de pesos, lo que triplica lo pronosticado por la administración anterior.
Además, el informe recoge otras revelaciones, como que Grupo México continúa impune y sin plan de manejo de residuos, que todavía no hay potabilizadoras, que la Comisión Nacional de Agua (Conagua) ralentiza avances y que se necesita mejorar la coordinación entre autoridades.