Los dos presuntos carniceros detenidos en una casa donde había 60 perros que presuntamente serían destinados para obtener carne para una taquería, enfrentan esta acusación en libertad porque el maltrato animal no esta tipificado como un delito grave, informaron hoy autoridades de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.
Luego de la detención de dos hombres de 60 y 62 años dada a conocer por la Fiscalía mexiquense el 22 de abril, quienes a decir de vecinos de la colonia Mariano Escobedo y de la asociación civil “Mundo Patitas” se dedicaban a la matanza de perros para surtir carne a taqueros, autoridades mexiquenses informaron este lunes que ambos detenidos fueron puestos a disposición de un juez de control de Cuautitlán.
No obstante los dos presuntos carniceros ”están en libertad porque este delito no amerita prisión preventiva” y acudirán el próximo miércoles a audiencia en los juzgados de Cuautitlán, para ver si se les vincula o no a proceso, informaron autoridades de la Fiscalía Mexiquense.
Vecinos alertaron a las autoridades por la matanza de perros para venta de tacos
El olor pestilente por la matanza de perros “nos obligó a pedir la presencia de la policía y del dueño del predio”, señalaron vecinos de la colonia Mariano Escobedo, quienes hace unos días bloquearon la avenida López Portillo para pedir el apoyo de las autoridades estatales y municipales, quienes confirmarán en breve si los carniceros fueron vinculados a proceso.
En el domicilio ubicado en la calle Sostenes Rocha de la colonia Mariano Escobedo en la zona de Lechería, en Tultitlán, cuando ingresó el dueño al lugar llamado por los vecinos, permitió a los colonos inconformes que documentaran lo que había en el predio que era ocupado por al menos dos hombres a los que pidió desalojaran su inmueble.
En el patio de la casa había un tronco de carnicero, huesos y cráneos de perros e incluso pieles dentro de cubetas, así como sangre derramada en cartones y piso, lo cual documentaron en videos los vecinos mientras trataban de cubrirse la nariz con sus cubrebocas y su ropa, por lo intenso de la peste.