México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en obesidad en adultos, precedido únicamente por Estados Unidos. El estado de Sonora, particularmente, ocupa el cuarto lugar nacional con mayor población que padece sobrepeso u obesidad, donde siete de cada diez adultos presentan alguna de las dos condiciones.
En los últimos cuarenta años, la alimentación de la población sonorense cambió significativamente. La globalización y el desarrollo de la tecnología de alimentos trajo consigo la oferta de una gran variedad de productos alimenticios procesados que se fueron adoptando e incluyendo en la dieta regional. De esta manera, los hábitos nutricionales han cambiado y ahora se incluyen alimentos con una cantidad elevada de calorías, pero sin un aporte nutrimental que beneficie la salud.
La dieta de los sonorenses contiene un 200% más de grasas y proteínas que las recomendadas por los organismos internacionales, lo cual puede deberse al alto consumo de alimentos de origen animal, como la tradicional carne asada, y al consumo excesivo de grasa en los alimentos.
Se ha encontrado que, en promedio, la dieta de la población sonorense se constituye en un 34% a 41% de grasa, lo que sobrepasa la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece que esta debe ser menor al 30%. Lo anterior favorece el desarrollo de sobrepeso y obesidad y, a su vez, el riesgo a desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión.
Se ha calculado que, si las personas pudiéramos reducir un 20% el consumo de alimentos con azúcares elevados, sal, calorías y grasas saturadas, esto ayudaría a evitar 1.4 millones de enfermedades no transmisibles (como la diabetes) en México hacia el año 2050.
Con el propósito de lograr un mejor estado de salud, es importante intentar disminuir el consumo de carnes rojas; lo recomendable es no comerla más de dos veces a la semana o reemplazarla por otro tipo de proteína como pollo, pescado, sardina o leguminosas (como frijol o garbanzo) e incluir bastante cantidad de verduras y frutas de temporada. Asimismo, igual de importante es esforzarse por realizar, por lo menos, ciento cincuenta minutos de la actividad física que más le agrade semanalmente.