Una docena de antiguos entierros fue descubierta en las inmediaciones del Templo de la Misión de Cocóspera, en Sonora, durante trabajos arquelógicos de restauración, en un proyecto de preservación integral.
El hallazgo fue hecho junto al Templo de la Ex Misión de Nuestra Señora del Pilar y Santiago de Cocóspera, como parte de los trabajos de investigación a cargo de especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Los 12 restos óseos corresponden a individuos juveniles y adultos, pero hasta ahora es difícil especificar particularidades de sexo, edad, condición o procedencia, señaló el INAH.
En diciembre de 2021, se llegó a ellos durante la excavación de tres de cinco pozos al poniente del templo, realizados con el fin de rescatar información en las áreas donde se construirán zapatas de cimentación para una techumbre moderna que protegerá el edificio histórico.
En la primera etapa de las excavaciones, explica en un comunicado, se encontró parte del piso correspondiente a la remodelación del templo, realizada por los franciscanos a finales del siglo XVIII; posteriormente, se localizaron contextos originales del periodo jesuita, etapa ampliamente conocida en fuentes documentales, pero mínimamente identificada arqueológicamente.
Debajo de esta última evidencia se encontró la docena de entierros, de los cuales al menos cuatro fueron sepultados, exhumados y vueltos a inhumar entre los entierros más tardíos que ya no fueron alterados, luego de que el área quedara en desuso como cementerio.
Algunos de los restos podrían ser de pimas hímeris, de un periodo poco estudiado, por lo que se realizarán las valoraciones pertinentes, aunque, puntualizó, hubo un entierro sin alterar, cuya forma craneal coincide más con el de una persona de origen europeo, explicó Júpiter Martínez Ramírez, arqueólogo responsable de la excavación.
Destacó que el cementerio es testigo de la historia misional temprana de Sonora, y en el estado no se han documentado registros previos, por lo que la posibilidad de más hallazgos es alta, dado que aún falta realizar siete pozos.
Detrás del templo de la exmisión también existe un cementerio de finales del siglo XIX y que continuó en uso durante el XX, pero sin relación ni asociación con los recientes descubrimientos.
Cocóspera fue un pueblo de misión fundado por los jesuitas, el cual se mantuvo en constante enfrentamiento con los apaches.
El padre jesuita Eusebio Francisco Kino entró inicialmente a los valles del río Magdalena y sus afluentes para congregar a los pimas en las misiones de San Ignacio de Caborica, San José de Ímuris, Nuestra Señora de los Remedios, Nuestra Señora del Pilar y Santiago de Cocóspera, y Santa María Magdalena.
En los últimos años, el Centro INAH Sonora ha intensificado acciones para la recuperación del Templo de Cocóspera y la continuación de las investigaciones arqueológicas, lo que ha permitido rehabilitar los muros de adobe para proteger los acabados de los altares de ladrillo recubiertos con aplanados de yeso y restos de pintura mural.