El proyecto de ley llamado “Don’t say gay” (“No digas gay”), que prohibiría el hablar sobre identidad de género y orientación sexual en las escuelas primarias de Florida (EE.UU.), fue aprobado por un comité del Senado estatal en medio de las críticas, también desde la Casa Blanca, y prosigue su trámite legislativo.
La controvertida propuesta, que recibió el visto bueno del Comité de Educación del Senado por 6 votos a favor y 3 en contra, impediría que los maestros hablen sobre dichos temas al considerar que no son “apropiados para la edad o el desarrollo de los estudiantes”.
Esta iniciativa republicana, que controla el Senado y la Cámara de Representantes estatal, ha recibido críticas por parte de grupos de los derechos de la comunidad LGTBQ, críticas a las que este martes se sumó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
“Todos los padres esperan que nuestros líderes garanticen la seguridad, la protección y la libertad (de sus hijos), y hoy los políticos conservadores en Florida rechazaron esos valores básicos al promover una legislación diseñada para apuntar y atacar a los niños que más necesitan ese apoyo, niños de comunidad LGBTQI+”, dijo Psaki a la prensa.
En este sentido se manifestaron activistas que prestaron su testimonio ante el comité de la Cámara Alta estatal, dominada por los republicanos, y que lamentaron que, de convertirse en ley, esta medida impediría que los maestros de primaria ayudasen a los jóvenes de esta comunidad.