Los cultivadores de limón en México son las víctimas más recientes de la extorsión de los carteles, lo que ha provocado alteraciones en las cosechas y aumento de los precios.
Extensas plantaciones de limón sin cosechar han sido abandonadas en todo el estado de Michoacán, oeste de México, por las amenazas y extorsiones de las que son blanco los productores, según una nota de Televisa, que cita a los productores afectados.
Entre los grupos presuntamente involucrados se encuentran importantes carteles de drogas mexicanos, como el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y los Cárteles Unidos, dos grupos que se encuentran inmersos en una sangrienta disputa territorial que ha sacudido a ese estado mexicano.
Un buen número de productores de limón de la zona declararon a Televisa que fueron desplazados luego de que los carteles quemaran sus campos, saquearan sus casas y robaran ganado y tractores. Esos ataques se manifiestan en la drástica reducción de la producción de la fruta en todo Michoacán —que afecta principalmente a los cultivadores de limón— con unas 485 hectáreas de tierras de cultivo no cosechadas en 2021.
Según datos de la secretaría de agricultura de México, la cosecha de Michoacán solo llegó a la mitad de lo recogido el año anterior.
La limitada cosecha ha contribuido a un brusco incremento de los precios de los limones, que altera el mercado de consumo y permite a los narcotraficantes imponer los precios y cobrar extorsiones más altas a los cultivadores. De acuerdo con el seguimiento diario de los precios de los alimentos que hace el gobierno mexicano, el costo del limón ha subido más del 235 por ciento desde enero de 2021.
“Ellos [los carteles] imponen el precio del limón, deciden si se corta o no el limón, ‘cantan’ los precios a los productores, cortadores y empacadores, así como a los transportistas”, relató un trabajador de la industria a Reforma.
Los limoneros no son los primeros en el sector agrícola que sufren la violencia de los carteles en Michoacán, pues desde hace mucho poderosas organizaciones criminales mexicanas han buscado el control de la lucrativa industria del aguacate en el estado.
Análisis de InSight Crime
Aunque la difícil situación de los limoneros en Michoacán es una nueva empresa más para los grupos criminales del país, los impactos se parecen bastante a intentos previos de extorsión a otros segmentos agrícolas del estado.
En 2019, InSight Crime informó sobre cuatro carteles en disputa, entre ellos el CJNG, por la extorsión a los productores de aguacate en Michoacán, de los secuestros o asesinatos de quienes se negaban a pagar. En total, la gobernación de Michoacán ha identificado 12 grupos criminales con operaciones dentro de los límites del estado, muchos de los cuales compiten por el control de las codiciadas tierras agrícolas del estado y las extorsiones que pueden generar.
Esta intensa violencia de los carteles en Michoacán y la aparente incapacidad del ejército mexicano para intervenir ha llevado a los productores a buscar soluciones por su cuenta. A mediados de 2021, los productores de aguacate y sus familias conformaron un grupo de autodefensa, conocido como Pueblos Unidos. Para proteger sus sembrados, se armaron con machetes y armas de fuego y levantaron barricadas alrededor de los campos de aguacate y a lo largo de las carreteras por las que sacan sus productos.
Los limoneros rápidamente siguieron el ejemplo, con la creación de un rudimentario grupo de autodefensa propio, donde algunos prepararon hasta bombas molotov para ahuyentar a los Viagras, uno de los mayores grupos criminales del estado.
Sin embargo, no se sabe si estos grupos han logrado hacer alguna diferencia, pues los informes de finales de 2021 mostraban que la extorsión a los agricultores que se habían quedado seguía avanzando.