La política fronteriza estadounidense conocida como ‘Prevención a través de la Disuasión’, diseñada para forzar a los indocumentados a alejarse de los puntos urbanos de cruce y optar por los desafiantes corredores desérticos, solo sirve para incrementar las tasas de muerte de los migrantes, indica un estudio publicado en la revista Science.
Las tasas de pérdida de agua a través de la respiración y la sudoración que experimentan los migrantes que intentan cruzar el desierto de México a Estados Unidos son suficientes para causar deshidratación y explican los patrones de mortalidad de estas personas, de acuerdo con la investigación, financiada por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
“La agitación política, económica y climática puede resultar en una migración humana masiva a través de terreno extremo en busca de condiciones de vida más humanas, exponiendo a los migrantes a ambientes que desafían la tolerancia humana”, dice el estudio.
Para su análisis, los investigadores, incluyendo al biólogo Shane Campbell-Stanton de la Universidad de Princeton y colaboradores de la Universidad de Idaho y la Universidad de Wisconsin, usaron datos climáticos registrados y predictivos para los meses de mayo a septiembre correspondientes al Sector Tucson de la Patrulla Fronteriza, una área que corre a lo largo de unas 260 millas (416 kilómetros) de la frontera.
En los meses del verano en esta región históricamente se registran las cifras más elevadas de muertes de migrantes, señaló este viernes la UCLA en un comunicado.
Los investigadores también usaron las muertes registradas en la base de datos de la Arizona OpenGIS Initiative for Deceased Migrants.
Combinando estas bases de datos con información sobre cómo reacciona el cuerpo humano a la pérdida de agua y la exposición a los elementos, predijeron cuán vulnerables serían sus cuatro modelos fisiológicos (un niño, una mujer no embarazada, un hombre y una mujer embarazada de origen latinoamericano) ante estas condiciones climáticas en diversas circunstancias.
Examinaron las diferentes rutas que los migrantes podrían seguir a través del desierto, algunas “aleatorias” y otras identificadas como de “menor costo”, que serían las menos demandantes para el cuerpo. Asimismo, compararon el impacto de la travesía a pie en horas del día y de la noche.
La probabilidad de sufrir deshidratación fatal, encontraron, era más elevada a lo largo de las rutas aleatorias entre Nogales, México, y Three Points, Arizona, que los migrantes típicamente siguen para evitar la detección por parte de las autoridades estadounidenses, indicó la UCLA.
Y lo que es más, cuando introdujeron como variable el cambio climático previsto en los próximos 30 años, descubrieron que para 2050 el potencial de deshidratación a lo largo de esas rutas se incrementaría en 34.1 por ciento para un hombre adulto, 34.1 por ciento para una mujer adulta no embarazada, 33.1 por ciento para un niño y 29.5 por ciento para una mujer adulta embarazada.
“La ‘Prevención a través de la Disuasión ha convertido el ambiente natural en un arma contra los migrantes y matado a miles de personas en el proceso”, dijo Jason De León, profesor de antropología y estudios chicanos y centroamericanos de UCLA, y uno de los autores del estudio.
“Esta nueva investigación cuantifica los efectos de esta política sobre el cuerpo humano y ayuda a construir el argumento de que la política pone personas en peligro en nombre de la seguridad fronteriza”, acotó.