No era uno, sino tres los tráilers que transportarían de manera ilegal cerca de 300 migrantes centroamericanos desde la frontera con Guatemala hasta Estados Unidos; pero al final del día, solo uno logró cruzar Chiapas, otro nunca salió desde el punto de reunión, y uno más fue el que volcó sobre la Carretera Tuxtla-Chiapa de Corzo.
Videos de las cámaras de seguridad de la Caseta de Cobro de Chiapa de Corzo y testimonios recabados por Milenio Noticias dan cuenta de la existencia de un convoy de vehículos acondicionados para el tráfico ilegal de personas, así como del ‘modus operandi’ de una red criminal que generaría ganancias cercanas a los 60 millones de pesos, y que el jueves 9 de diciembre, cruzó la carretera a plena luz del día y a los ojos de autoridades federales.
Los migrantes habrían ingresado al país caminando por Gracias a Dios, una pequeña localidad a 1.8 kilómetros de Carmen Xhán, en Chiapas; y una vez cruzando la frontera abordaron “un camioncito” para ser trasladados a una bodega más grande en otra ciudad, cuyo nombre no pueden recordar los testigos, pero por el tiempo recorrido de hora y media -según los mismos testimonios- podría tratarse de San Cristóbal de las Casas.
Mientras que las cámaras de seguridad muestran el momento exacto cuando un primer tráiler cruza a las 15:14 horas, y un segundo vehículo pasa un minuto después; ambos adaptados con cinco ventilaciones en el techo de la caja.
En otro video, pueden apreciarse también dos camionetas del Instituto Nacional de Migración (INM) que se encontraban en la caseta de peaje y que cruzaron aproximadamente una hora después del segundo vehículo.
Mateo Castillo, originario de Quiché, en Guatemala, cruzó la frontera acompañado de su hermano, confirma la existencia de un tercer camión, y es el encargado de reconstruir la ruta que tendría como destino final California.
“Contaron, nos ubicaron en el tráiler y vamos una cantidad, pero no llegó un tráiler, iban a salir tres y nos amontonaron en dos tráilers, y la mayoría ya no pudo ir sentada. Solo se sentaron los que entraron de último.
“De ahí volvemos a salir y nos meten a otra bodega, y en esa bodega esperamos los tráilers; cargan y salimos a las 2 de la tarde”, relata Mateo.
La banda criminal estaría conformada entre cuatro o cinco personas, a quienes dijo no reconocer, mientras que el viaje hasta Estados Unidos costaría entre los 105 mil quetzales (285 mil pesos) y los 55 mil 500 (150 mil pesos), cantidad que sería pagada una vez cruzando la frontera con Estados Unidos. Por lo que ambos camiones se traduciría en ganancias por 58 millones de pesos en promedio por 300 migrantes.
Alfonso Sacarías, también de Guatemala, es otro migrante que aporta su testimonio y confirma que eran al menos 290 personas las que abordarían los camiones. Él viajaba en el autobús colapsado en Chiapa de Corzo y conoció a sus acompañantes en esa bodega. Se encuentra en cama en el Hospital Jesús Gilberto Gómez Maza y es uno de los 30 pacientes que serán intervenidos este fin de semana.
“Me acuerdo cuando se fue el camión de lado, después unos segundos perdí el conocimiento, y ya cuando sentí estaba enterrado, estaba herido estaba viendo los muertos y es lo que me acuerdo, si hubieran sacado más tarde y me muero la gente tratando de sacarme y muchos que estaban muertos”.
Paramédicos consultados, detallan que la caja de tráiler volcada en Chiapa de Corzo estaba adaptada con cinco respiradores en el techo, y que la mayoría de las muertes habría sido ocasionada por el impacto y el exceso de velocidad; “en el techo tenía unas como ventanas por así decirlo, como tragaluz para que entrara el aire”, dice Luis Eduardo Hernández, paramédico Cruz Roja de Tuxtla, quien estuvo el jueves pasado atendiendo a las víctimas de la volcadura.
“Una persona soporta un frenado en seco a 65 kilómetros por hora, es lo máximo, y el tráiler iba mucho más rápido, y los que sobrevivieron, se escucha feo, pero fue porque los amortiguaron los cadáveres”, explica.
El Destino de Mateo estaba en Oakland, California, pero le faltaron 4 mil 354 kilómetros para llegar, quedó atrapado entre los cuerpos y fue uno de los 114 lesionados del accidente que fueron atendidos por el gobierno del estado; su hermano, con quien viajaba, ya fue retornado a Guatemala.
“A la hora que me subí al tráiler presentí que iba pasar esto porque se llenó mucho, apenas pudieron sentarse poquitas personas”, recordó.