Por: Carlos Villalba | El Sol de Hermosillo
Después de 77 años de “Clandestinidad” en la producción del Bacanora, desde el decreto No. 1 de 1915 firmado por el Gobernador de Sonora, Plutarco Elías calles, donde se prohibió su producción y distribución, fue el año 2000 que en la ley 119, firmada como iniciativa de la administración de Manlio Fabio Beltrones Rivera, que se termina con la prohibición, haciendo legal su producción y reconociendo al Bacanora como la bebida regional que identifica a los sonorenses.
El Museo del Bacanora se inició en el periodo del Presidente Municipal Víctor Encinas (2009-2012) en el municipio que da a esta bebida su nombre; en el primer periodo de Belisario pacheco Galindo se restructuro y poco a poco con el pasar de los años se ha ido formando hasta llegar a ser lo que es ahora.
Este recinto mantiene en su interior piezas fundamentales de la creación de esta bebida tradicional como las herramientas que se utilizan para su fabricación desde la época de clandestinidad, hasta la actual.
Para obtener el licor se realiza un procedimiento similar al del mezcal: se jime el maguey, se cuecen las piñas por 48 horas, se extrae el jugo, se fermenta en barricas y se destila, pero con calor, y se genera un producto con hasta 55 grados de alcohol.