Sembrando Vida, el programa insignia del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no solo ha servido para generar empleo en el campo y luchar contra la deforestación, también se ha utilizado, ahora se denuncia, para beneficiar a una de las fincas de sus hijos y a un empresario cercano a ellos, Hugo Chávez Ayala.
A través de la investigación Sembrando Vida y la fábrica de chocolates , realizado para CONNECTAS, Aristegui Noticias, Emeequis, Meganoticias, Notas Sin Pauta y Proceso, se revela que el empresario Chávez Ayala, además de ser amigo de la familia presidencial, ha sido consultor en Sembrando Vida y ha asesorado la finca cacaotera “El Rocío” que los hijos mayores del presidente recibieron como herencia de su madre Rocío Beltrán Medina, en 2003 y a la que se le sumaron 32.5 hectáreas de donación de sus tíos Gonzalo Alfonso y Fernando Beltrán Medina.
De acuerdo con el reportaje, realizado por Tania Gómez y Sergio Rincón, en Tabasco, tierra natal del presidente López Obrador se impulsó el cultivo de cacao como parte del programa Sembrando Vida, a pesar de que la comunidad no escogió ese cultivo en la etapa de consenso entre los beneficiarios.
A pesar de que Hugo Chávez sostiene una relación con Sembrando Vida al haber sido consultor del programa y de su amistad con la familia presidencial, vendió 2,000,000 de semillas a técnicos del programa, de Papantla, Veracruz.
En el futuro, revela el reportaje, los sembradores de cacao se sienten comprometidos a vender su cosecha de cacao a Hugo Chávez Ayala y a su empresa Agrofloresta Mesoamericana.
Además, beneficiarios en Tabasco se quejan de que Sembrando Vida les llegó con proyectos para sembrar cacao sin previa consulta, ya que no conocían de sus cuidados, además de que no existían condiciones de altura y sombra en el terreno, lo que ha ocasionado que varios de los sembradores pierdan su cultivo.
El reportaje también se expone que Hugo Chávez ha asesorado desde 2014 la producción de cacao de la Finca El Rocío, ubicada en Teapa, Tabasco, y propiedad de los hijos mayores del presidente,la cual, ya de dijo, fue herencia de su madre, Rocío Beltrán Medina, en 2003, y en esa finca es donde se produce el cacao para Rocío Chocolate, la marca que López Beltrán tramitó en julio de 2019.
Al respecto, López Obrador insistió en que los terrenos de sus hijos fueron heredados desde que vivía su mamá.
“Es una herencia familiar”, aseguró, pese a que la investigación indaga más sobre la relación de Chávez Ayala, la chocolatería de su hijo y el programa Sembrando Vida.
“Desde 2014 Chávez ha sido consultor en la producción cacaotera de la finca El Rocío, propiedad de los hijos mayores del presidente Andrés Manuel López Obrador, y reconoce que ese cacao va para la producción de Rocío Chocolate”, dice la investigación, aunque también se reporta que el ingeniero amigo de la familia “niega que tenga una relación comercial con los hijos del presidente.
Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó que el programa Sembrando Vida esté beneficiando a sus hijos.
“Hicieron toda una investigación mentirosa, sin fundamentos, para buscar mancharnos con la máxima del hampa del periodismo, que la calumnia, cuando no mancha, tizna. Nada más aclarar de que no es cierto lo que están planteando en su reportaje”, dijo el presidente López Obrador este lunes en su conferencia de prensa.
El presidente aclaró que ni la revista Proceso ni la periodista Carmen Aristegui han sido cercanos a su movimiento.
“Y también aclarar que Proceso y Carmen Aristegui nunca han estado a favor de nuestro movimiento, que ellos dicen que, porque son independientes, y yo sostengo que sí son independientes, pero independientes del pueblo, que nunca se han involucrado, nunca han hecho un periodismo en favor del pueblo”, sostuvo.
Aunque reconoció que Aristegui era una “paladina de la libertad”, dijo que la periodista escribe en Reforma y pertenece al grupo que apoya al bloque conservador.
El presidente aclaró que los terrenos de sus hijos y la empresa Chocolates Rocío no se han beneficiado de programa que actualmente opera en 20 estados del país.
“En el sexenio pasado les ofrecieron créditos, nunca aceptaron, nunca se ha aceptado ningún apoyo del gobierno, no tienen nada que ver con el programa Sembrando Vida, porque no he visto lo que dicen en la entrevista, pero me consultó Andrés, porque le mandaron, así, al estilo del periodismo muy objetivo, le mandaron un cuestionario para que lo respondiera y le daban de plazo hasta un día a tal hora, y si no contestaba pues ya podían decir en el reportaje que fueron consultados, pero que no respondieron para aclarar”, dijo.
De acuerdo con la investigación, Chávez Ayala es dueño de una empresa llamada Agrofloresta Mesoamericana, con la que comercializa 15 marcas de chocolate en 12 países de Europa y América, con la que comparte empleados, dirección y hasta fotografías con la chocolatería de López Beltrán.
“Dentro de la hacienda El Rocío se produjo un cacao que fue premiado en el International Chocolate Awards 2018 y que la página de internet de Agrofloresta Mesoamericana presume como suyo”, señala la investigación.
Además, se destaca que tanto López Beltrán como Chávez Ayala usan a la misma persona de contacto en la solicitud del certificado orgánico.
“El certificado número CMX-LOOAA-830-2021-2, cuyo titular es Andrés Manuel López Beltrán, dejó como referencia de contacto a Fabiola López Fócil, empleada de Agrofloresta, quien aparece también como contacto del certificado número CMX-LOOAA-831-2021-1 de Agrofloresta Mesoamericana”, plantea el reportaje publicado este domingo.
Esta no es la única denuncia a Sebrando Vida, el programa ha estado en la mira recientemente. Expansión Política y CONNECTAS también publicaron una investigación en la que se revela la opacidad y discrecionalidad con la que opera el programa .
Ahí se documentaron denuncias por malos manejos que se investigan con lentitud y, por ahora, con nulos resultados, mientras que a los sembradores los amonestan con facilidad y, en algunos casos, los expulsan de manera discrecional.
Esto aunado a la opacidad con la que se guardan más de 4,200 millones de pesos en ahorros de los más de 426,000 beneficiarios del programa, los cuales han sido cambiados de cuentas sin notificar a los campesinos, como tampoco sobre los rendimientos que su aportación obligatoria les dejará.