La iniciativa Unitaid, socia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en emergencias sanitarias, anunció un acuerdo con la farmacéutica Pfizer para producir genéricos de su nuevo tratamiento en píldora contra COVID-19, con el fin de hacerlo más asequible en países en desarrollo.
Según indicó en rueda de prensa el portavoz de Unitaid, Hervé Verhoosel, el acuerdo “facilitará la producción y distribución del antiviral (…) mediante licencias a fabricantes de genéricos cualificados, con el fin de dar un mayor acceso a la población global”.
Mediante el acuerdo se podrían producir genéricos del fármaco experimental PF-07321332, que en combinación con ritonavir en bajas dosis reduce, según la farmacéutica Pfizer, en casi 90 por ciento el riesgo de muerte por COVID-19 en enfermos con comorbilidades.
El nuevo tratamiento está pendiente de aprobación por parte de las autoridades reguladoras de los distintos países, aunque los expertos afirman que los resultados iniciales son prometedores.
El acuerdo con Unitaid, pendiente de esa aprobación por parte de autoridades reguladores, “llevaría el nuevo fármaco, en combinación con ritonavir, a 95 países, que suponen 53 por ciento de la población mundial”, destacó Verhoosel.
La producción de la píldora genérica se llevaría a cabo sin que Pfizer recibiera ingresos por derechos de patente mientras el COVID-19 siga siendo declarada una emergencia internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El acuerdo es “un importante paso para asegurar que las últimas herramientas en la lucha contra el COVID-19 están disponibles en países de ingresos medios y bajos al mismo tiempo que en las economías más desarrolladas”, subrayó el portavoz de Unitaid.
El nuevo fármaco antiviral, pensado especialmente para grupos de riesgo, puede comenzar a administrarse si se tiene noticia de haber estado expuesto al virus o con los primeros síntomas.
Tras el anuncio de Unitaid, Médicos Sin Fronteras (MSF) pidió que Pfizer aclare cuáles serían los precios del tratamiento, ya que con anterioridad adelantó que podrían ser similares al recientemente desarrollado por Merck (unos 700 dólares en los países de ingresos altos).