La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) dijo el jueves que prohibirá las importaciones de tomates frescos producidos por la mexicana Hortícola Tom, por acusaciones de uso de trabajo forzado que asegura haber recibido.
El representante legal de Hortícola Tom, Rommel Fernández, aseguró que la empresa “no tiene ningún problema de orden laboral” y cumple con las normas mexicanas que le permiten comercializar sus productos, después de que la CBP anunció las restricciones a la exportación.
Fernández dijo a Reuters que la compañía, que tiene unos 600 empleados incluyendo la finca ubicada en el estado de San Luis Potosí, no ha sido notificada formalmente de la restricción y en esperaba contactar a las autoridades estadunidenses.
CBP emitió más temprano el jueves una orden de retención contra la empresa, con base en lo que dijo es “información que indica razonablemente el uso de trabajo forzado contra sus trabajadores”.
Agregó que en octubre de 2020 informó que las autoridades mexicanas tomaron medidas contra las acusaciones de condiciones de trabajo forzado en la misma granja de tomates en el país latinoamericano.
El gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dicho que abordar las acusaciones de trabajo forzoso es una prioridad.
El secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, declaró el miércoles que el gobierno quería dejar “en claro que los productos fabricados en su totalidad o en parte mediante trabajo forzado no serán permitidos en Estados Unidos”.
“Lo eliminaremos de las cadenas de suministro estadunidenses”, añadió Mayorkas.
La autoridad aduanera de Estados Unidos también dijo esta semana que prohibirá los guantes desechables producidos por Supermax Corp Bhd de Malasia y algunas de sus subsidiarias por acusaciones de trabajo forzoso.
La empresa dijo que estaba en contacto con CBP para obtener más claridad y que acelerará un proceso que comenzó en 2019 para cumplir con los estándares de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Agregó que Estados Unidos representa aproximadamente el 20 por ciento de sus ventas totales.
La OIT calcula que 25 millones de trabajadores sufren condiciones de trabajo forzado en todo el mundo, según el gobierno de Biden.