Miembros de la tribu Yaqui, disidentes a su gobierno tradicional, organizaron el “Festival de la Existencia” para exigir la cancelación del Acueducto Independencia en Sonora, lo cual será requisito indispensable para permitir la implementación del Plan de Justicia diseñado por el gobierno federal.
“No exigimos más que lo que siempre ha sido nuestro, no exigimos más agua de la que se acordó”, aseguró en el evento Alejandro Aguilar Zeleny, antropólogo del Centro INAH Sonora.
En el festival, organizado de manera virtual, participaron activistas y defensores de derechos humanos, así como Cuahutémoc Cárdenas Solorzano, excandidato a la presidencia.
El pasado 28 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador, junto a los ocho gobernadores tradicionales del pueblo yaqui, firmaron el Plan de Justicia que establece una inversión del Gobierno mexicano por 11.000 millones de pesos (530 millones de dólares) en el territorio indígena en obras de salud, educación, vivienda y desarrollo social.
Una de las obras principales es la construcción del Acueducto Independencia que sirve para abastecer a medio millón de habitantes de Hermosillo, capital de Sonora, con agua de la cuenca del Río Yaqui, que los indígenas han impugnado y las autoridades aún no han resuelto.
En el festival, especialistas en antropología, historia, así como activistas indígenas y defensores de derechos humanos coincidieron que la operación de dicho acueducto es ilegal, porque fue construido a pesar de que había decenas de fallos judiciales en su contra.
Además, denunciaron que el proceso de consulta a la tribu para el Manifiesto de Impacto Ambiental de la obra no fue previo, libre e informado.
OBRA DE PADRÉS ELÍAS
La obra hídrica en discordia fue construida durante el sexenio del exmandatario panista Guillermo Padrés Elías para trasvasar 75 millones de metros cúbicos de agua de la cuenca del Río Yaqui hacia Hermosillo, pero además con esa cuenca se abastecen Ciudad Obregón, Empalme y Guaymas, mientras las comunidades indígenas carecen de suministro de agua potable.
Citali Hernández Saad, integrante de la organización Indigenous Peoples Rights International, hizo hincapié que además del despojo a sus recursos naturales como el agua, el Acueducto Independencia tiene un impacto antropológico y de cosmovisión porque la disminución en el cauce del Río Yaqui limita la reproducción de plantas medicinales y especie de fauna que significan las tradiciones milenarias de los indígenas.
La llamada “Guerra por el Agua” ha enfrentado a los productores agrícolas y habitantes de Cajeme, con sectores de Hermosillo.
El Acueducto Independencia es considerado por la Nación Yaqui una sobreexplotación y despojo a sus recursos naturales, pues mientras que en los ocho pueblos indígenas hay falta de agua potable se abastece a tres de las ciudades más habitadas de Sonora.
El Plan de Justicia propone la construcción del Acueducto Yaqui para abastecer a las comunidades indígenas y la creación del Distrito de Riego 018 para irrigar una mayor superficie de siembra en la región.
Los detractores del proyecto señalan que esto supondrá una mayor explotación a la cuenca hidrológica.