Los planes del Gobierno mexicano de poner los recursos de litio bajo control estatal no afectarán los avances en Sonora, aseguró la propietaria del proyecto de US$420 millones, Bacanora Lithium.
La semana pasada, la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador anunció una propuesta que pondría fin al actual sistema de concesiones de litio y dejaría la exploración y producción en manos del Estado.
Sin embargo, según la iniciativa presentada al Congreso, las concesiones vigentes —como la de Sonora, que debiera poner a México en el mapa como país productor— serán respetadas si las empresas exploran y avanzan activamente en sus propiedades.
“Las nuevas reformas no afectarán las licencias de litio ya otorgadas a empresas privadas, siempre que el trabajo de exploración ya haya comenzado y se hayan cumplido todos los requisitos de licencia”, declaró Bacanora en un comunicado.
“En opinión de Bacanora, ha cumplido con estos requisitos, incluido el inicio de las primeras actividades de construcción en el proyecto de litio Sonora”.
Bacanora y su socio de riesgo compartido, Ganfeng Lithium, planean iniciar la producción en Sonora en 2023. El volumen de 17.500t anuales de carbonato de litio se duplicaría con creces a 35.000t anuales luego de una posterior expansión valorada en US$380 millones.
Con sede en China, Ganfeng planea adquirir Bacanora en un acuerdo que cuenta con el respaldo de ambas firmas.
FINANCIAMIENTO ESTATAL
La cámara minera mexicana, Camimex, advirtió que la propuesta de poner los recursos de litio bajo control estatal podría ser contraproducente, ya que el gobierno podría tener dificultades para financiar la exploración y el desarrollo.
“Financiar proyectos de minería puede ser muy oneroso para el Estado”, indicó la agrupación al diario local Milenio.
“El presupuesto público es muy limitado y su principal objetivo es cerrar las brechas que existen en la sociedad con mejores servicios públicos como educación, salud, entre otros”.
Camimex agrega que los recursos de litio del país están contenidos en arcilla, más costosa de procesar en comparación con las salinas o salares que se encuentran en Argentina, Chile y Bolivia.