El horror, el horror. Un hombre identificado como Matthew Taylor Coleman asesinó a sus dos hijos en Playas de Rosarito con una estaca de madera y un arpón de pesca. De acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), el ciudadano norteamericano de 40 años viajó de su ciudad natal (Santa Bárbara, California) a la península bajacaliforniana para cometer el infanticidio.
Según se lee en documentos de la Corte Federal en la ciudad de Los Ángeles que se han filtrado a la prensa, Coleman mató a sus hijos porque su esposa tenía “ADN de serpiente” y lo habría pasado a los menores. Por ello los asesinó, para “salvar al mundo” de aquellos “monstruos”, según aseguró al Buró Federal de Investigaciones (FBI).
En su primera declaración, Coleman relató a los agentes federales que “sí sabía que estaba mal lo que había hecho, pero dijo que era la única forma de salvar al mundo”. Y añadió que fue “iluminado por teorías de conspiración de QAnon e Illuminati, que recibió visiones y señales que revelaban que su esposa tenía ADN de serpiente y se la había transferido a sus hijos”. Hasta el momento los cadáveres continúan en Rosarito, en espera de que el Consulado de Estados Unidos en Tijuana los envíe a sus familiares.
Los detalles del doble homicidio son grotescos. Todo comenzó el sábado 7 de agosto en Santa Bárbara, cuando la esposa de Coleman denunció la desaparición de Matthew y sus dos hijos, Kaleo y Roxy (el niño de apenas 3 años, y la más pequeña de 11 meses de nacida). Sin responder el teléfono ni regresar los mensajes, la mujer volvió a contactar a la policía local, la cual con geolocalización descubrió que el hombre cruzaba la frontera. Ahí entró en escena el FBI por el delito de secuestro.
Información ofrecida por el fiscal central de Baja California, Hiram Sánchez, y ampliada por el portal Punto Norte, da cuenta del hospedaje de Coleman en el City Express de Playas de Rosarito el domingo 8 de agosto, del que salió a las 2:54 de la madrugada del 9 y al que regresó tres horas y media después. Casi 48 horas desde su desaparición, el lunes 9 de agosto, los cuerpos de Kaleo Skye y Roxy Rain fueron hallados sin vida en el rancho El Descanso por un trabajador del lugar.
El sitio está a casi 30 kilómetros del hotel donde Coleman se hospedó con sus hijos, a los que asesinó solo, en medio de la noche, lesionando en el tórax 17 veces al niño, y a la niña en 12 ocasiones. Intentó regresar a bordo de su Mercedes-Benz cruzando la garita de San Ysidro, pero ahí ya lo esperaban los agentes del FBI. El hombre, sin antecedes criminales, director de una escuela de surf y con estudios de maestría en España, espera hoy su sentencia en una cárcel de Estados Unidos.