Un reportaje del diario estadounidense The Washington Post (WP) señala que la violencia ejercida contra los candidatos a puestos de elección popular es una señal de que el crimen organizado busca ampliar su dominio en el territorio mexicano.
El diario destacó que la violencia “se ha centrado principalmente” en miles de carreras por las presidencia municipales y alcaldías, así como otros puestos locales.
“La campaña (electoral) se ha convertido en una clara ilustración de la búsqueda de las organizaciones criminales para expandir su control del territorio de México, una amenaza creciente para esta joven democracia”, advierte el reportaje.
La publicación indica que hay políticos de los que se sospecha que dan la bienvenida al dinero de los grupos criminales. Sin mencionar a algún cártel, el diario señala que, en algunos pueblos, las organizaciones criminales han impuesto a su “candidato favorito”. En otros, añadió, los grupos armados rivales respaldan a los partidos políticos contrarios.
El reportaje se enfoca en las elecciones para la presidencia municipal de Taxco, Guerrero, donde varios candidatos han sufrido violencia política. Uno de ellos es Mario Figueroa, candidato de Morena, quien fue baleado en el pecho, presuntamente, por un jefe local de la Familia Michoacana.
Figueroa comentó al diario estadounidense que este crimen fue un golpe político porque la persona que le disparó, afirma, le dijo que no se metiera con el actual gobierno municipal de Marcos Parra.
“Tres de los nueve candidatos a presidente municipal están protegidos por guardaespaldas. Otro aspirante abandonó la carrera luego de ser secuestrado y golpeado. Las ramas locales de dos cárteles importantes, la Familia Michoacana y el Cártel Jalisco Nueva Generación, están jugando un papel turbio en las elecciones”, afirma el WP.
Dame Guillermo Trejo, politólogo de Notre Dame que estudia la violencia política en América Latina, comentó a The Washington Post la importancia que tienen los gobiernos locales para los grupos delictivos.
Los grupos del crimen, señaló Trejo, “han descubierto que ganar control sobre los gobiernos municipales y las economías locales y las poblaciones y territorios es crucial si quieren sobrevivir en las feroces luchas por las rutas del narcotráfico”.
De acuerdo con la firma consultora en comunicación y riesgos Etellekt, el actual proceso electoral en México ha dejado un saldo de 782 candidatos que han sufrido una agresión, entre amenazas, insultos y asesinatos. Dentro de ese número hay 89 asesinatos y el 69% de ellos eran candidatos opositores a los gobiernos estatales en los que buscaban un puesto de elección popular.
Esta cifra, según Etellekt, supera el récord de agresiones que se reportaron en el proceso electoral del 2018, cuando se reportaron 774. En esa ocasión se realizaron las elecciones presidenciales en las que resultó ganador Andrés Manuel López Obrador.
“Por ahora, la cifra de 89 políticos asesinados es 41% inferior a los 152 políticos asesinados en el ciclo 2017-2018, por lo que se sitúa como la segunda más violenta en este rubro desde el proceso federal concurrente en el año 2000”, indicó Etellekt en un informe.