Resiliencia y perseverancia son las palabras que han hecho la diferencia en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Ciudad Obregón, Sonora, donde mujeres privadas de la libertad formaron el primer ballet penitenciario en México.
Tetabiakte, como el guerrero yaqui enérgico, tesonero e indomable, es el nombre del único ballet en el país conformado y dirigido por mujeres privadas de su libertad que han encontrado en la cultura y el arte un motivo para salir adelante y con ello, tener crecimiento personal.
Muestra de ello es Irma, quien pasó de ser una interna del Cereso de Ciudad Obregón a convertirse en directora del primer ballet penitenciario del país, el cual está conformado por más del 70 por ciento de la población femenil de este centro penitenciario. Además, se encuentra estudiando la carrera de derecho.
“Para mí esto nos ha traído dignidad, nos ha devuelto la esperanza, atarantamos un poquito la tristeza y lo más importante nos ha vuelto más unidas, aguerridas, nos ha venido a sembrar un despertar de superación, sin duda alguna el arte transformó nuestras vidas, la danza vino a revolucionar este centro, estas paredes retumban cada vez que hay ensayo y nuestros corazones se empapan de alegría”, narró Irma. Conformar el Ballet Tetabiakte no ha sido un camino fácil.
Tras bambalinas, requirió de una gran disciplina, esfuerzo y lucha impresionante para que la danza fungiera como un medio de emancipación, con cada zapateado se vuelven libres.
“Va a sonar muy irónico pero me siento libre, a lo mejor no tengo libertad física o no estoy con las personas que yo quisiera que es mi hijo y mi familia, pero este lugar me ayudado a ver la vida de una forma distinta, he podido ser libre de muchas maneras, puedo expresarme sin miedo”, relató Rosa Isela, integrante del ballet.
Otra de las formas que ha encontrado para expresarse Rosita -como le dicen de cariño sus compañeras del penal- son el teatro y la escritura por medio de la creación de cuentos, donde incluso ganó el 26 Concurso Nacional José Revueltas 2020, al plasmar en su cuento La Cebra el miedo y ese anhelo de libertad.
Folclor, un nuevo ritmo en su corazón
Para las internas del Cereso de Ciudad Obregón, la danza folclórica es una manera de sintonizarse con la gente. Por lo que participan dando muestra de su talento y entusiasmo al bailar juntas; viven la danza de manera apasionada, comparten su ser, como una entrega de amor a sus raíces.
“Nuestro corazón conoce un nuevo ritmo que es el folclor y qué mejor que rescatar nuestras raíces mexicanas de esta manera, es uno de los principales motivos por los que yo me dirigí a la danza folclórica porque soy bien mexicana”, contó Irma.
Las emociones se exteriorizan a través del movimiento, es el reflejo de la esencia misma de la persona, que utiliza su propio cuerpo para comunicarse, para entrar en contacto con el mundo que le rodea.
Cada movimiento que realizan está formado por la conexión mente-cuerpo. El golpeteo del tacón retumba fuerte sobre el patio, mostrando que el arte reconstruye y dignifica; su cuerpo se convierte en un instrumento, es como un violín, que busca lograr un sonido, un objetivo artístico, que las transforma en una nota musical, unida por sus sentimientos, corazones, la música y el espacio se vuelven uno al bailar. También han logrado resignificarse, ahora son mujeres más fuertes, seguras de sí mismas, con una gran presencia, que se transmite en el patio del Cereso que utilizan de escenario.
“Te das cuenta de todo lo que puedes lograr, siempre que estamos ensayando y que nos estamos preparando para una presentación el gozo es muy grande, sales de este espacio cuando estamos bailando, ensayando, maquillándonos, cambiándonos los vestuarios, es estar en otro mundo, es muy bonito y reconfortante”, relató Aranza, miembro del ballet. Aranza tiene 24 años, además de ser bailarina del ballet se dedica a confeccionar y pintar algunos de los vestuarios que utilizan para sus presentaciones, esto le ha abierto una ventana a la pintura donde desarrolla de manera plena su creatividad.
“La pintura es un panorama 100 por ciento abierto para hacer lo que tengas en mente, lo que sea puedes plasmarlo, te abre muchas puertas que puedes expresar, siento orgullo y satisfacción por lo que hago, es mi pasatiempo favorito es muy bonito poder hacer algo para todas, ver a mis compañeras cuando lo están usando, eso me da mucho gusto, se siente bien”, detalló Aranza.
Suma de esfuerzos para lograr la reinserción
El ballet Tetabiakte nació en 2017 como parte del Proyecto Cultural Integral “La Letra Escarlata”, que ofrece a las internas opciones de arte, como la creación literaria, danza, teatro y música, a fin de colaborar en su reinserción. “Inició como un sueño, mi alma me pedía a gritos un poquito de arte, volver a sentir lo que se siente como bailarina cuando te subes al escenario, así empezó todo: un sábado en la tarde junté a las compañeras y las invité a formar parte del grupo, empecé con 11 mujeres y termine con 56”, detalló Irma.
Este proyecto de cultura integral también cuenta con el apoyo de autoridades como la Secretaría de Seguridad de Sonora, la Secretaría de Cultura de México por medio de su Proyecto Cultura Comunitaria “Arte y Libertad”; del Ayuntamiento de Cajeme a través de la Dirección de Cultura, Instituto Sonorense de Cultura (ISC) y del Centro de Justicia para las Mujeres. Mara Romero, coordinadora de La letra Escarlata, señaló que la reinserción social es más compleja que traer talleres.
“Quiero que el mundo sepa que aquí hay vida, que sepan que mucha gente que no tuvo la oportunidad y la está encontrando aquí por medio del arte y la pasión; es una obligación de todos participar de alguna manera y sobre todo no juzgar porque todos tenemos derecho a una segunda oportunidad”, explicó Mara. El director del Cereso de Ciudad Obregón, Jorge Arguelles, destacó que el arte y la cultura, han traído luz y esperanza al centro.
“El arte es vida ha traído vida ha traído luz ha traído esperanza este centro de reinserción social el arte ha sido fundamental; se han abierto una gama de talleres artísticos como creación literaria, música y baile que han permitido descubrir las habilidades de todos, hemos encontrado verdaderas joya artísticas, esto les ha ayudado a dignificarse, encontrar su yo interior, revalorizarse y sobre todo reencontrarse con sus valores y autoestima”, dijo Arguelles.
Este proyecto les da esperanza a los familiares de las mujeres del Cereso, pues se sienten orgullosos de sus logros artísticos. Para ellas, esta es la principal motivación para seguir luchando y resistiendo todas las dificultades.
“Mi hijo es la cosa más divina, él es el que me levanta todos los días, trato de ser su ejemplo, cuando él me ve aquí bailando las veces que ve los videos, está orgulloso él es feliz me ve y le gusta lo que veo le gusta la persona que tiene como mamá y a mí me encanta lo que yo tengo como hijo porque él es mi ejemplo a seguir de resiliencia”, mencionó Rosita.
La sororidad y las ganas de superarse son una constante en el Cereso de Ciudad Obregón, aquí las rejas no son un impedimento para soñar y superarse; juntas han encontrado la fuerza y el aprendizaje de transformar sus vidas.
“Eso es lo más bonito del grupo la unión que tenemos yo estoy tomada de sus manos y ellas están tomadas de las mías y creo que juntas nos hemos dado la fuerza que requerimos, no importa donde estemos porque un lugar no nos define una pared no nos etiqueta”, finalizó Irma.