Por: Martín Moreno | Sin Embargo
En Palacio Nacional andan muy preocupados porque los números en las encuestas no los favorecen como ellos quisieran, de cara a la estratégica elección intermedia del 6 de junio. Sueñan con el “carro completo”, pero las cifras no les cuadran. Y la encuesta de la semana pasada de GEA-ISA los puso mal y de malas. Echemos un vistazo:
– De noviembre 2020 a marzo 2021, Andrés Manuel López Obrador perdió siete puntos de aprobación ciudadana. ¿Cómo traducimos este porcentaje en votos menos para Morena? De acuerdo a los parámetros de los propios encuestadores (un punto equivale a 500 mil sufragios, dos puntos a un millón, y así sucesivamente), AMLO y su partido han perdido alrededor de 3.5 millones de votos en sólo cuatro meses. Y aún faltarán por contabilizar abril y mayo.
– Con esta marcada caída respecto a la figura presidencial (está perdiendo 2.2 puntos mensuales promedio), el respaldo ciudadano hacia López Obrador se ubicó en marzo de este año– de acuerdo a la casa encuestadora citada-, en un 50 por ciento promedio. Es decir: la mitad de los ciudadanos rechaza la gestión de Gobierno de AMLO.
– La credibilidad de López Obrador observa también una importante caída en los últimos cuatro meses: el 53 por ciento de la población “le cree poco”, y el 31 por ciento “no le cree nada”. Solamente un 13 por ciento “le cree mucho”. Esta medición es demoledora contra el tabasqueño, ya que la historia nos ha mostrado y demostrado que un Presidente jamás recupera su credibilidad ante los ciudadanos, por dos razones fundamentales: primero, por el desgaste natural del ejercicio del poder; y segundo, porque la inercia política impone topes y para cualquier mandatario es más común continuar bajando en su aprobación, en lugar de recuperarse y subir en las encuestas.
¿Es preocupante para López Obrador y para Morena este innegable descenso en su aprobación ciudadana? La respuesta es sí. ¿Por qué? Por una razón manifiesta: si a AMLO le va mal, a Morena le va mal. Como dueño de Morena, López Obrador es su soporte principal. Sin embargo, su caída en las preferencias no le ayuda a su partido. Basta saber que a estas alturas de sus respectivos gobiernos, tanto Salinas de Gortari (71 por ciento de aprobación), Ernesto Zedillo (58 por ciento), Vicente Fox (53 por ciento) y Felipe Calderón (66 por ciento), superaban en respaldo ciudadano a AMLO, quien solo está por arriba de Enrique Peña Nieto, quien registraba 40 por ciento de aprobación. (Fuente: Consulta Mitofsky).
La encuesta de GEA-ISA – completa y detallada-, revela promedios que, sin duda, le restarán fuerza a Morena el 6 de junio, y de ahí la desesperación de López Obrador por apoyar a su partido desde Palacio Nacional, por vetar a los gobernadores mediante un Acuerdo Nacional por la Democracia amañado que sólo sobrevivió durante unas cuántas horas, y los constantes ataques al INE, erigido hoy en contrapeso válido y legítimo frente a AMLO.
Sigamos revisando:
-La desaprobación hacia López Obrador ha ido creciendo: se ubica en 43 por ciento de la población. Según GEA-ISA, en noviembre pasado esta desaprobación era del 37 por ciento. Además, sólo un 22 por ciento da “aprobación incondicional” a AMLO.
– A la pregunta: ¿Usted cree que el país va ahora por un rumbo correcto, o por un rumbo equivocado?, el 51 por ciento de ciudadanos respondió que México va por un rumbo equivocado, mientras el 35 por ciento contestó que va por rumbo correcto.
Aún más:
El 70 por ciento de las personas encuestadas desaprueba el trabajo de López Obrador con relación a la situación económica que vive México, y sólo un 29 por ciento lo aprueba.
El 45 por ciento considera que la crisis económica es responsabilidad del Gobierno de AMLO, y dentro de este espectro, el 64 por ciento desaprueba las decisiones del régimen en materia económica.
Son las consecuencias de tantas mentiras del Presidente y de la autollamada 4T. Si al principio del sexenio pudieron haberles funcionado, a estas alturas – 28 meses en el poder-, se han desgastado y desinflado.
Deberían saber que el discurso en política tiene fecha de caducidad, y si no se renueva, se vuelve intrascendente. Basta ver la mañanera del lunes pasado, con un Presidente desganado, repitiendo las mismas frases de siempre, citando lugares comunes, hablando de Emilio Lozoya, diciendo que su Gobierno lucha contra la discriminación y apoya a las mujeres (como seguramente ocurre con esa vergüenza llamada Félix Salgado Macedonio), criticando a EU por su política migratoria, etc. Intrascendencia pura.
Se ha mentido con la economía. Con la inseguridad. Con la pandemia. Con los muertos, Con las vacunas. Con las masacres. Con la electricidad. Con el petróleo. Con los enemigos del régimen. Con la salud del Presidente. Con la corrupción de la 4T. Con los amigos del Presidente beneficiados con dinero público. Este Gobierno ha sido un carnaval de mentiras desde Palacio Nacional.
¿Los resultados? Una evidente e innegable caída en la aprobación ciudadana para el Presidente y su partido.
Por eso andan muy preocupados.
Por eso atacan al INE.
Por el 6 de junio.