Un juez federal en el estado de Jalisco ordenó desbloquear las cuentas bancarias de La Luz del Mundo, pero debido a una impugnación los activos permanecen congelados.
Mediante una suspensión definitiva, el juez federal ordenó liberar las cuentas de la Iglesia que tiene una denuncia por lavado de dinero, bajo el argumento de que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) no exhibió ninguna petición de alguna autoridad extranjera para bloquear los activos.
Sin embargo, La Luz del Mundo no puede acceder aún a sus cuentas bancarias debido a que la UIF impugnó la decisión judicial.
En diciembre pasado EL UNIVERSAL informó que la UIF presentó cinco denuncias contra la iglesia La Luz del Mundo y su líder, Naasón Joaquín García, por lavado de dinero y delitos fiscales.
Esto, luego de detectar que la iglesia, constituida como Organización sin Fines de Lucro con la denominación de Actividades Religiosas (OSFL), no tiene relación con el objeto y los fines para los cuales fue constituida y que ha omitido declarar sus ingresos, por lo que ha generado riqueza de manera ilegal.
La Unidad, encabezada por Santiago Nieto, llegó a esta conclusión tras detectar que la OSFL y su líder Naasón Joaquín García realizan, a través del sistema financiero nacional, actos jurídicos con fines eminentemente lucrativos, lo que no coincide con su naturaleza.
“Reciben recursos financieros por concepto de intereses de diversos instrumentos financieros (realizan inversiones con la finalidad de obtener utilidades). Omisión de manifestar ante la autoridad hacendaria, la obtención de recursos que son gravables o deducibles para efecto del pago de Impuestos”, señaló entonces la UIF a través de una tarjeta informativa.
“Realizan transferencias financieras por altos montos, dirigidas a personas físicas y morales con las que no se identifica el tipo de relación.
Las OSFL Religiosas envían recursos financieros por cantidades significativas de dinero, mediante transferencias internacionales, personas físicas y morales en países clasificados como paraísos fiscales”.
Asimismo, la iglesia ha realizado pagos por montos elevados a tarjetas de crédito, vehículos, blindajes que generan que los recursos de sus cuentas tengan poca permanencia y que dichos bienes y servicios no son acordes a su perfil y objeto.
“Realizaron reiteradamente actividades con fines eminentemente lucrativos, como la compra de inmuebles y acciones y el cobro de intereses, mismas que no guardan relación con el objeto y los fines para las cuales fueron constituidas”, indicó.