En México, tres de cada cinco mujeres viven en situación de violencia física, emocional, sexual, económica o patrimonial. Eso, sin tomar en cuenta que hay un subregistro de delitos en contra de ellas, que se estima en más de 90 por ciento. Eso quiere decir que, tan solo en el caso de asesinatos, si se tiene contabilizado que ocurren 10 feminicidios a diario, realmente suceden alrededor de 20, debido a esa cifra negra.
De acuerdo con las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, los presuntos delitos de feminicidio aumentaron año con año, de 2015 a 2019 y, en 2020, debido a la pandemia, hubo un descenso, aunque mínimo, pues en 2019 ocurrieron 943 casos y el año pasado 939, es decir, sólo cuatro menos, con todo y que, durante nueve meses, la gente tuvo que estar en sus casas para contener la pandemia.
Durante el segundo año del gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador, se cometieron 128.4% más feminicidios que en 2015.
En tanto, las presuntas víctimas mujeres de homicidio doloso pasaron de 1,735 en 2015 a 2,791, es decir, se incrementó 60.85%. En 2019 se denunciaron 2,868 casos y en 2020 fueron 2,791, es decir, sólo 77 casos menos con todo y la pandemia.
En cuanto a presuntas víctimas mujeres de lesiones dolosas, a escala nacional se registraron 57,496 casos en 2020, mientras que en 2019 fueron 66,318, es decir, hubo 13.31% menos.
Entre septiembre 2020 y febrero de 2021, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), la Red Nacional de Refugios (RNR) y Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) realizaron la campaña #DistanciaSeguraySinViolencias con el fin de ayudar a mujeres en situación de violencia. En ese lapso, acompañaron a 530 mujeres, niñas y adolescentes, víctimas de violencia, de 22 entidades federativas, a través de asesorías gratuitas vía telefónica.
En ese grupo de mujeres atendidas había desde personas de 1 a 76 años. La mayor parte se encuentra en el rango de los 30 a los 40 años.
El reporte refiere que 211 mujeres manifestaron haber acudido a otras instancias o instituciones. Al menos 57.79%, señaló que en dichas instancias se sintió escuchada pero no se resolvió satisfactoriamente su problema, en tanto, 33.67% manifestó que no fue escuchada, ni atendida. Solo 8.54% estimó que fue escuchada y la situación que la llevó a solicitar la atención se resolvió satisfactoriamente.
Ausencia y omisión del gobierno para atender la violencia
Wendy Figueroa Morales, directora general de la Red Nacional de Refugios expuso que lo que se ha podido documentar sobre la violencia contra las mujeres es una pincelada de la realidad, porque existe una gran brecha en la información.
Eso, porque hay muchas, que aún cuando son violentadas, no piden auxilio porque no quieren o no pueden acceder a las instancias de gobierno y no conocen que organizaciones de la sociedad civil pueden ayudarlas. Muchas mujeres no conocen sus derechos, como a tramitar un refugio u obtener una orden de protección. En ese sentido recalcó:“Nosotras sí les creemos y podemos ayudarlas”.
La reconocida activista comentó que este 8 de marzo, cuando se conmemore el Día Internacional de la Mujer, la reflexión que debería hacerse en México es que, existe ausencia y omisiones del gobierno para atender los problemas que padecen, que, si bien, se trata de una deuda histórica, son problemas que se han agudizado en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Dijo que la situación de violencia que padece ese sector de la población se agudiza, con las declaraciones del propio mandatario, cuando desdeña el reclamo de las víctimas.
“Pareciera que se celebra que haya agresores en el poder y las violencias contra las mujeres, a través de las declaraciones que minimizan los actos violentos hacia ellas”.
Indicó que el problema es que no hay humildad del gobierno para reconocer la realidad en la que viven miles de mujeres, ni voluntad para reconocer las fallas, lo cual permite mantener problemas estructurales y sistémicos.
En ese sentido, destacó que la solución a esos problemas no puede darse de manera vertical y en solitario, como lo pretende el gobierno federal, ni alejando a las organizaciones de la sociedad civil y los movimientos feministas.
“Estamos en un momento donde debido a la omnipresencia y verticalidad de las decisiones de una sola persona —las del presidente—, se ponen por encima de los derechos humanos, los intereses partidistas”, dijo Figueroa Morales.
Desde su perspectiva, estamos ante la ausencia de un Estado de derecho, pleno y garante, que asegure la dignidad, la seguridad de las mujeres y niñas en espacios públicos y privados. “Parece que, de parte de la autoridad, hay una sordera y miopía para atender la realidad y las voces que reclaman justicia”. Agregó que las acciones implementadas por el gobierno hasta ahora “solo son parches, que lo único que buscan, es cubrir una realidad nacional que lacera, lastima y, además, se perpetúa con el silencio y la complicidad patriarcal”.