Por: Astrid Arellano | Proyecto Puente
Jorge trabajó buena parte de su juventud en las tierras de Gustavo, su padre, a las afueras de Hermosillo. En ellas, sembró y cosechó trigo, algodón y garbanzo.
Treinta años de trabajo después, reunió el dinero suficiente para comprarlas, independizarse y hacerse cargo de una pequeña producción de uva. Así destinó 48 años de su vida a la agricultura, hasta que llegó su propio retiro forzado por las grandes empresas extranjeras que lo hicieron a un lado.
Como su propio padre lo había hecho, Jorge -hoy de 73 años y a quien llamaremos así para proteger su identidad- decidió invertir los ahorros de su vida en el extranjero. Gustavo tenía una cuenta de inversiones en Estados Unidos y, cuando murió, su capital se dividió entre su
esposa e hijos. Una de esas fracciones le tocó a Jorge, quien optó por continuar con Merril Lynch, la compañía estadounidense a la que Gustavo le había confiado su dinero y que se dedica a la gestión de patrimonios desde hace más de cien años.
Jorge era experto en lluvia, temporadas y siembras, pero no en inversiones. Simplemente confió en Francisco Javier Valenzuela [nombre real y que consta en registros financieros públicos en Estados Unidos], un asesor que le fue asignado por la compañía para invertir su dinero en algunas empresas y hacerlo crecer para asegurar una vejez cómoda para él y su esposa.
Sin embargo, su patrimonio se esfumó en solo cinco años, hasta donde constan los registros. Estados de cuenta revisados por Proyecto Puente muestran que, de contar con 411 mil dólares a mediados de 2015, se desplomaron a solo 25 mil para finales de 2020. Así como su dinero se fue, también lo hizo el asesor financiero originalmente radicado en Arizona, Estados Unidos: hoy no aparece y es buscado sin éxito por la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera (FINRA, por sus siglas en inglés), una entidad autorizada por el gobierno para supervisar a los asesores financieros y corredores de bolsa estadounidenses.
Las pérdidas de Jorge ocurrieron cuando, después de algunas inversiones y movimientos de Valenzuela que no fueron fructíferos en compañías mexicanas, el asesor cambió la cuenta hacia otra empresa del mismo giro que Merril Lynch, llamada Morgan Stanley. Entonces hizo algunas inversiones más en Perú, Estados Unidos y Brasil, país en el que invirtió el
dinero de Jorge en un negocio de Odebrecht, firma famosa por un escándalo de corrupción que involucró a funcionarios de distintos niveles en 12 países.
“Le dije que Odebrecht tenía serios problemas en Brasil y él me dijo que no me preocupara, que no era la constructora, sino una empresa de la familia Odebrecht que se dedica a comprar, vender y dar mantenimiento a plataformas petroleras, cosa que no era cierta”, explicó Jorge, “pasó un poco de tiempo y Odebrecht se declaró en suspensión de pagos y mi cuenta, de 70 mil dólares, bajó a 4 mil… todo esto ha sido una serie de manipulaciones y engaños y me han dejado a mí con mi fondo de retiro hecho humo”.
Y agregó: “Era un fondo de retiro para tener dinero para hacer cosas opcionales, para una vacación, para cambiar de carro, remodelar la casa o cualquier cosa y, definitivamente, al esfumarse todos esos fondos, estamos limitados a vivir con lo que nos queda y limitarnos a no hacer otro tipo de cosas, vivir de una forma mucho más restringida, mucho más económica”.
Kevin Forbes conoció su caso y se ofreció a ayudarlo. Es el presidente y director ejecutivo del Consejo de Latinos Unidos (CDLU), una organización estadounidense que, por más de 20 años, ha actuado contra abusos económicos en hospitales y empresas farmacéuticas estadounidenses entre otras arbitrariedades del orden público.
El caso de Jorge no se trata de un fraude, aseguró Forbes, sino de inversiones legítimas, pero de alto riesgo, donde asesores financieros como Valenzuela se aprovechan de adultos mayores mexicanos por su desconocimiento del idioma y de las leyes que los protegen por
el simple hecho de haber invertido en Estados Unidos.
“Ellos no saben nada de la Bolsa, son inversionistas y trabajan en cosas no financieras, nada de eso, aquí están `perdiendo sus camisas’ y es una desgracia de la gente: esto no significa que son gente rica, son gente trabajadora de todas sus vidas, que ahorraron su dinero como pareja y esto ocurre, es un insulto”.
La investigación encabezada por el CDLU para el caso de Jorge inició en febrero de 2020, última fecha en que se supo de Valenzuela cuando respondió que negaba haber actuado de forma incorrecta. A partir de ahí nadie pudo comunicarse con él. El 11 de enero de 2021, FINRA envió un par de cartas a Merril Lynch y Morgan Stanley solicitándoles una nueva
dirección donde localizar a Valenzuela para hacerle llegar los citatorios correspondientes, pues las direcciones que habían señalado previamente eran incorrectas. A la fecha, los abogados de Jorge todavía están tratando de rastrear la ubicación del asesor financiero.
De acuerdo con los registros de FINRA, avalados y también publicados en el sitio web del Investment Adviser Public Disclosure [Datos Públicos sobre Asesores de Inversión, en español] del gobierno de Estados Unidos y que contiene información acerca de los asesores y sus antecedentes, Valenzuela cuenta con 10 años de experiencia y ha trabajado en tres
firmas distintas.
En ese tiempo, FINRA ha hecho 7 publicaciones en su contra, de ellas, cuatro son denuncias de clientes, una se refiere a su declaratoria de bancarrota en 2017 y dos más son sanciones del ente regulador: una, en 2018, cuando se le prohibió asociarse con FINRA para ejercer sus labores dado que jamás contestó los avisos de suspensión que le fueron enviados y, la segunda, por no responder cuando le pidió documentos e información sobre un embargo por 150 mil dólares en 2019 por no pagar impuestos, lo que lo hizo acreedor a una multa de 10 mil dólares.
Kevin Forbes señaló que se trata de abusos hacia personas de clase media que fueron despojadas de sus recursos, por lo que actualmente trabaja en identificar a más víctimas para cuantificar las pérdidas, asesorarles legalmente, proceder por la vía judicial contra quien resulte responsable y recuperar el dinero.
“Eran los años de oro para vivir de sus recursos y, ahora, estas casas grandes como Merril Lynch y Morgan Stanley deberían estar revisando lo que hacen sus personas. Hemos oído de dos otros casos y esperamos ver la documentación, cada caso lo vamos investigar confidencialmente y del otro lado (en Estados Unidos)”, dijo Forbes, “si vemos que tienes un caso, vamos a lanzar las quejas para arbitración, vamos a ayudar a la gente porque las agencias cobran mil 500 dólares, son 30 mil pesos, para presentar una demanda y nuestra fundación va a apoyar si no tienen ese dinero”.
En ese sentido, puso a disposición de la familia de Jorge un equipo de abogados que trabajarán para resolver su situación, así como lo hará con quienes se acerquen a su organización para exponer sus casos. Todo el proceso legal es en Estados Unidos.
“La gente tiene que saber que hay un remedio y, en el Consejo de Latinos Unidos, vamos a revisar los casos anónimamente, a proteger la identidad de todos los que nos hablen y vamos investigar y, si hay un caso similar donde invirtieron y que los inversionistas como Francisco Valenzuela u otros no utilizaron las mejores prácticas y abusaron de la gente que se jubiló, vamos a ayudarles a hacer las denuncias y procesos con el bufete de abogados y nuestra fundación para hacer justicia y ayudarlos”.
Como no se descarta que en Sonora haya más casos similares de personas que perdieron sus ahorros al invertir en Estados Unidos, el Consejo de Latinos Unidos ofrece la línea telefónica y de WhatsApp al +1 (323) 264 5889 y actuará como un puente entre las víctimas y la posibilidad de una solución favorable.