(Infobae México).- Los cárteles de la droga en México están cumpliendo con la máxima de “donde no llega el Estado llega el narco”. Este miércoles, en medio de la celebración del “Día de Reyes”, fueron difundidas imágenes de varios hombres armados vestidos con ropa táctica entregando juguetes a niños del estado de Michoacán (al centro oeste de México).
Los sujetos portaban chalecos con las iniciales del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Una cuenta de denuncias ciudadanas explicó que han identificado los repartos en la comunidad Bonifacio Moreno “El Aguaje”, en el municipio de Aguililla.
Esta comunidad —con una población de aproximadamente 2,232 habitantes— es desde hace tiempo sinónimo de silencio. Los continuos enfrentamientos entre organizaciones criminales han construido una mordaza de facto sobre las autoridades y la prensa.
Los expertos aseguran que con los repartos de despensas, dinero, juguetes, en “zonas rojas” de México, los grupos criminales tratan de generar un impacto mediático y de hacer notar su presencia a células rivales.
Acostado sobre los límites de Michoacán y Jalisco, “El Aguaje” es desde hace aproximadamente 14 meses un punto de disputa entre el CJNG y Cárteles Unidos —los Viagras, cártel de Tepalcatepec, Caballeros Templarios, Blancos de Troya, La Familia Michoacana, La Nueva Familia Michoacana—, que pelean el control de la comunidad.
Las fronteras entre territorios que controlan diferentes cárteles son meramente tentativas, igual que los intereses de lo propios grupos. A grandes rasgos podría decirse que “El Aguaje” fue cuna de células delictivas michoacanas como Los Viagras; sin embargo, desde hace tiempo el CJNG expulsó a varios de sus miembros intentando hacerse del control absoluto.
La violencia se ha extendido a otras localidades de Aguililla como La Huerta, El Limoncito y El Naranjo de Chila, región donde además de constantes enfrentamientos, se han dado asesinatos, masacres, saqueos, secuestros y desapariciones.
En el Charapo y El Limoncito ya hay escasez de comida, pues los camiones que surtían de alimentos a esa zona han sido robados y quemados en narcobloqueos. En la mayoría de los casos, los pobladores se han visto obligados a abandonar sus domicilios, mientras los criminales siguen haciendo de las suyas en una guerra que parece no tener fin y en medio de la cual están los habitantes de Aguililla.
En los últimos años, cuando ha habido situaciones difíciles o fechas importantes —como la pandemia por COVID-19, Navidad, Día de Reyes, Día del Niño, desastres naturales— pasa lo que ahora, comienzan a circular videos, imágenes de repartos de dádivas por parte del crimen organizado.
Un ejemplo son las entregas de comida en la ciudad de Apatzingán, en Tierra Caliente, Michoacán. Los repartos, señalaron, fueron al inicio de la pandemia por coronavirus, entre marzo y mayo, por parte del grupo criminal Los Viagras.