En agosto de 2019, un joven supremacista blanco entró a un supermercado de El Paso buscando matar a mexicanos con un fusil semiautomático y minutos después le quitó la vida a 22 personas e hirió a otras 26. Pese a que este año electoral la pandemia del coronavirus fue la gran protagonista, los texanos no olvidaron este fatal incidente a la hora de depositar sus votos en las urnas.
“Yo siempre pensé seguir siendo republicana. Votar republicano. Pero en esta ocasión opté por demócrata”, cuenta D.E., una mexicana que es ciudadana estadounidense desde hace un cuarto de siglo y prefiere mantenerse en el anonimato para evitar conflictos con su familia.
La razón por la que esta jubilada decidió cambiar de partido fue porque en el presidente electo, Joe Biden, veía una “esperanza” que se podría traducir en un cambio positivo para la comunidad latina. Y por otro lado, en el presidente saliente, Donald Trump, a quien le dio el voto en 2016, veía un mensaje “muy racista” que ha hecho que los estadounidenses vean “de manera diferente” a los hispanos, dice.
Otra razón clave detrás de su voto, cuenta D.E., quien se mudó a Estados Unidos en los años 70, es que el presidente republicano intentó deslegalizar a los jóvenes que están amparados por la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, o DACA, por su siglas en inglés.
“No es justo que ellos estudien aquí, se preparen y luego los devuelvan a su país. Que se queden aquí a producir, a trabajar, a vivir. Pues pueden ayudar mucho a beneficiar a este país”, sostiene D.E.
No obstante, D.E. cree que Biden no va a tener las cosas fáciles pues “va a tener la herencia de cuatro años de racismo”. Tampoco ve posible que el demócrata pueda legalizar a 11 millones de indocumentados residentes en el país, como prometió durante la campaña. “Es algo muy difícil. No creo que nadie lo crea, pero bueno, él lo va a intentar”, anota.
Sammy Lewis, que también reside en El Paso, cuenta una historia similar. Él votó por el magnate en 2016 porque creía que su mandato impulsaría la economía de Estados Unidos, pero el tiroteo del 3 de agosto de 2019 le hizo cambiar de idea.
“El atacante básicamente dijo que lo hizo por Trump. Por lo que eso fue un gran factor para mí en estas elecciones”, dice.
Patrick Wood Crusius, de 21 años y que vivía en Dallas, publicó un manifiesto en los días antes del ataque en agosto pasado, en el que se quejó de una supuesta “invasión mexicana”, haciendo eco a las palabras de Trump.
“Soy mexicano-americano, pero no hablo español con fluidez. Pero sé que si hubiese estado en ese supermercado hubiese sido un objetivo más por el color de mi piel”, subraya Lewis en referencia a la tragedia que dejó 23 muertos, entre los que había ciudadanos estadounidenses, mexicanos y un alemán (una persona no murió instantáneamente en el ataque sino días después).
No es la primera vez que Lewis cambia de partido, ya que en 2012 le dio su voto al demócrata Barack Obama. El veinteañero, que se ha criado en esta ciudad fronteriza, señala que el tema de la inmigración no le influyó tanto a la hora de votar.
“Por supuesto que sería bueno si [los inmigrantes] fueran examinados, para asegurarnos de que no entren asesinos a Estados Unidos. Pero la mayor parte del tráfico es familia, es decir, los abuelos, padres, hermanos y hermanas de gente que ya está aquí”, anota Lewis.
Pese a que en esta región ganó el partido azul, no todos los ciudadanos de este condado le negaron su voto a Trump. De hecho, en El Paso el republicano ganó 5.7% más votos en comparación con hace cuatro años.
Ejemplo de ese apoyo es Adrián Estrada, quien votó por el actual presidente y cree que el Gobierno de Biden dejará que más inmigrantes sin estatus legal entren en el país. Idea que no está fundamentada en ninguna de las declaraciones oficiales del presidente electo.
“[Biden] quiere abrir más las fronteras, aunque dijo que no lo haría durante los debates. He visto sus políticas antes, bajo Obama, y no creo en lo que representa para Estados Unidos”, recalca Estrada.
“Siento que mi voz no está siendo vista o escuchada”, se lamentó Estrada, quien nació en El Paso y es hijo de mexicanos. Dice que cree que el presidente electo se centra demasiado en “complacer” a la izquierda y olvida a los “votantes del centro”.
De acuerdo con Fernando García, fundador y director de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (BNHR, por sus siglas en inglés), las razones por las que algunos hispanos de El Paso, que representan el 82.9% del condado, votaron por el Partido Republicano son una mezcla de varios factores. Entre estos están los valores morales relacionados con la fe religiosa, la estabilidad económica o el miedo a una posible implantación de políticas supuestamente socialistas o comunistas.
Por otro lado, explica García, las razones por las que los latinos se decantaron por votar por un cambio fueron la exclusión de las comunidades latinas en la respuesta a la crisis del COVID-19, el aumento del racismo hacia la comunidad mexicana y la necesidad de cambiar la política migratoria en la frontera.
“Incluso los conservadores hispanos que votaron por Trump no lo hicieron por la política migratoria de Trump, sino por los otros motivos. Hay un consenso. La comunidad latina está demandando un cambio en la política migratoria”, subraya el activista, quien cree que el presidente republicano basó sus aseveraciones sobre El Paso en “realidades virtuales” y una “promoción de una distorsión generalizada de la migración y la frontera”.
“El gran reto [del nuevo Gobierno] será cómo reconstruir la narrativa que tenemos en la frontera”, dice.
García recuerda que Trump vino a El Paso a declarar “la guerra contra la inmigración” anotando que este lugar era una “zona de emergencia y tolerancia cero”.
Y también fue aquí en El Paso donde, según el director ejecutivo, “desgraciadamente, la narrativa de Trump de supremacía blanca, de racismo, tuvo una consecuencia extremadamente grave”, en referencia al ataque de 2019.
“Esta Administración tiene tecnología de guerra, drones, helicópteros, todo eso está en esta frontera. Y la pregunta entonces es, ¿quién es el enemigo? y ¿cuál es la guerra? … A fin de cuentas, toda esta parafernalia tiene que ver con una guerra contra los inmigrantes que vienen de Latinoamérica”, recalca.
El encargado del BNHR explica que las políticas migratorias en esta región han sido un punto clave de la política del país desde hace dos décadas independientemente del partido, pero que esta ha sido la primera vez que estas medidas toman un “tinte racista y supremacista”.
De acuerdo con García, este hecho no sólo se vio en el tiroteo del año pasado, sino también en la aparición de milicias que comenzaron a detener inmigrantes en situación ilegal o construir un muro propio en mitad del desierto gracias a donaciones privadas.
“Esperamos que en los primeros tres meses del Gobierno de Biden empiecen a darse una serie de acciones ejecutivas antes de cuestiones legislativas y esas medidas tienen que empezar a deshacer y eliminar todas las acciones ejecutivas que hizo Trump”, dice, “empezando con eliminar el programa de rechazo a los refugiados”. García añade que en la actualidad miles de familias viven en condiciones infrahumanas en el lado mexicano de la frontera debido a esa política.
García también quiere que el partido azul, tras tomar la Casa Blanca, reafirme el apoyo a los jóvenes con DACA, también llamados dreamers, y retire la declaración de emergencia en la región. Esta medida ha dado pie a que se usen los recursos del Departamento de Defensa del Ejército para seguir construyendo el muro, monumento que en su opinión solo sirve para “representar un símbolo de lo peor de la política de Trump”.
En lo legislativo, García espera que haya un cambio en una posible reforma migratoria. Biden, quien fue vicepresidente bajo Barack Obama de 2009 a 2016, prometió esto durante uno de los debates presidenciales, pero podría ser difícil de cumplir si los demócratas no se hacen con la mayoría en el Senado.
Las lecciones del mandato de Obama
“No hay ningún argumento [de porque el demócrata fue tan duro con la inmigración ilegal]”, se lamenta Cesar Blanco, miembro de la Cámara de Representantes de Texas y senador recién electo del estado. “Como latino eso fue algo que me decepcionó mucho”.
Blanco dice que también le parece claro que el Partido Republicano en los últimos cuatro años ha lanzado un mensaje “antiinmigrante” y “antilatino” y dice estar alentado porque Biden ha señalado cambios en la política de migración en sus primeros tres meses.
El senador electo recalca que le reconforta ver que Biden está nombrando a latinos en altos cargos en la Casa Blanca, como el cubano-estadounidense Alejandro Mayorkas, nominado como secretario de Seguridad Nacional.
“Es algo que no hemos escuchado antes en otros presidentes”, dice.