“No los ignoro, los veo y, como autoridad municipal, los reconozco como parte de una sociedad que necesita ser tratada por igual”, expresó la alcaldesa Celida López Cárdenas a los primeros beneficiados del Centro Galilea, donde se atenderá de manera integral a personas en situación de calle para impulsarlos a mejorar sus condiciones de vida.
“Es de mucha bendición encontrarme hoy con ustedes, verlos a los ojos y decirles que no están solos, que somos una sola comunidad y que el dolor de ustedes debe ser el dolor de todos”, manifestó.
López Cárdenas enfatizó su deseo de que el lugar marque un antes y un después para quienes vivirán en él, porque en Hermosillo hay una agenda pública para atender a las personas en situación de calle y aseguró que apoyarán al Patronato con los gastos de la nómina de los especialistas que se contrataron, hasta que éste logre viabilidad financiera.
Agradeció a la Arquidiócesis de Hermosillo y al padre Jesús Martínez Carpena, responsable inicial del arranque del proyecto, al ofrecer las instalaciones ubicadas en el Palo Verde, en donde también se ofrecerá atención médica.
Edgar Sallard, director de Transformación Social, explicó que Galilea es un albergue comedor con la capacidad de atender a 60 personas y ofrecer alimento diario a otras 200, donde tendrán capacitación laboral, en un principio al cultivar un vivero y fabricar macetas que podrán vender.
Precisó que en el arranque son 19 varones los que vivirán en el lugar, pero se seguirá con la invitación a quienes deseen resguardarse, incluso mujeres, debido a que tendrán un pabellón exclusivo para ellas.
Por su parte, Alejandra Millán, presidenta del Patronato del Centro Galilea, señaló estar muy agradecida porque ya se hizo realidad el gran sueño de dar la mano a las personas que tanto lo necesitan.
“Los colaboradores y voluntarios estamos listos para atenderlos, estamos seguros que aquí van a encontrar las condiciones para que salgan adelante y lo que quieran hacer se haga realidad”, indicó.
Los acompañaron Francisca González Gil, presidenta honorífica del patronato; y Claudia Villa, directora del centro.
Testimonios de vida
José Martínez Neri, originario de Toluca, comentó que trabajaba en Nacozari desde más de 20 años pero al iniciar la pandemia se quedó sin sustento y tuvo que regresar a Hermosillo y sin poder pagar donde vivir.
“Es una gran oportunidad que se nos da para ya no dormir en la calle y nos motiva a salir adelante, mientras se reactivan las construcciones donde trabajaba”, agregó.
El señor Jorge Guerrero, de Guadalajara Jalisco, vive en la ciudad desde 1972, pero hace más de ocho años se separó de su familia y tuvo que vivir en las calles.
“Doy gracias a Dios que se prestó esta oportunidad y nos dicen que podemos quedarnos para vivir bien y de trabajar en el tiempo que nos quede”, externó.