La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autorizó el Impacto Ambiental de la fase 1 del proyecto Tren Maya, que correrá de Palenque, Chiapas a Izamal, Yucatán, con lo que se aprueba el desmonte de 800 hectáreas de selva para su construcción. Asimismo, se establecen condicionantes para reducir los daños por las emisiones a la atmósfera, fragmentación del hábitat para especies como el jaguar, el daño al paisaje kárstico, cenotes y cuevas, en las áreas protegidas que cruzará.
“Esta DGIRA considera que el desarrollo del proyecto no compromete la integridad funcional de los ecosistemas presentes en el Sistema Ambiental Regional, ni generará impactos ambientales relevantes. A los mismos, que pudieran ocasionar un desequilibrio ecológico.
“Aunado a lo anterior, serán aplicadas las medidas de prevención, mitigación y compensación propuestas por el promovente para asegurar el mantenimiento de la diversidad de los recursos”, indica el documento de 588 páginas.
El resolutivo entregado el 1 de diciembre, indica que la pérdida de cobertura vegetal por la implementación del proyecto es de 800.95 hectáreas, “afectación de masa forestal que contribuirá a la emisión de carbono, considerado uno de los causantes del cambio climático”. Sin embargo, sostiene que con medidas de compensación como el Programa de Reforestación, reubicación de especies y restauración de suelo que se proponen, “se restaurará cualquier modificación al microclima” y las condiciones climáticas recuperarán su estado original.
La superficie que será deforestada, previa solicitud y autorización de cambio de uso de suelo, es equivalente al proyecto Chapultepec en la Ciudad de México, que tendrá 800 hectáreas, y que está contemplado como “el espacio artístico y cultural más importante del mundo”, según lo anunció en abril el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El proyecto cruzará por áreas protegidas como el Sistema Lagunar Catazajá y La Libertad en Chiapas y Tabasco; el sitio Ramsar Anillo de Cenotes en Yucatán y la Reserva de la Biosfera Los Petenes en Campeche. Tras cinco meses de análisis de la Manifestación de Impacto Ambiental, la Semarnat autorizó la construcción de la primera fase con una larga lista de condicionantes –divididos en apartados de la letra A a la Q–.
La autorización tendrá una vigencia de tres años para su construcción, dentro de ese plazo, tendrá un año con seis meses para la preparación del sitio y una vigencia de 50 años para su operación.
Entre las condicionantes establecidas, el Fonatur debe dar seguimiento a los acuerdos de la consulta indígena realizada en noviembre y diciembre del año pasado, y dar cumplimiento a los mismos, de acuerdo al convenio 169 de la OIT.
Además de que debe presentar una propuesta de garantía, ante las obras que afectarán superficies de la zona federal de cuerpos de agua dentro de las áreas protegidas Cañón del Usumacinta y la Reserva de la Biosfera Los Petenes. Dada la gran biodiversidad faunística, Fonatur propone mitigar los posibles impactos ambientales generados a la fauna con la instalación de pasos de fauna para promover la conectividad del hábitat de mamíferos, reptiles, anfibios y aves.
Entre las condicionantes, Fonatur debe desarrollar todos los programas que propuso para mitigar el daño ambiental a través de un Plan de Vigilancia Ambiental, con metas, objetivos, responsables, indicador de eficacia Además, debe presentar los proyectos ejecutivos de las obras asociadas al proyecto: estaciones ferroviarias, bases de mantenimiento, taller, estaciones de carga, puentes ferroviarios, y reportes de los avances de la construcción.
Debe dar puntual seguimiento a los programas de ahuyentamiento, rescate y reubicación de fauna silvestre; establecimiento y monitoreo de pasos de fauna; conservación y restauración de suelos; reforestación y supervisión ambiental; conservación de la reserva de Cuxtal, Mérida; programa de rescate y reubicación de especies de flora; manejo de integral de residuos; educación ambiental, mantenimiento preventivo de vehículos, maquinaria y equipo.
Además de los programas de monitoreo y seguimiento de la calidad del aire; manejo de las áreas naturales Cañón del Usumacinta; programa de prevención, mitigación y manejo de contingencias ambientales, así como de las derivadas del cambio climático.
Y el programa de Manejo de Escurrimientos Superficiales; monitoreo de la calidad del agua superficial y subterránea; así como al programa de monitoreo de los cuerpos de agua, entre otras condicionantes.