La muerte a manos de policías de Juan Carlos Padilla Aranda en Guanajuato ha sacudido a un estado incapaz de mejorar sus fuerzas de seguridad. Detenido el lunes 23 de noviembre, Padilla Aranda se disponía a comprar unos lentes, en las calles Felipe Ángeles y Jaime Nuno, en la colonia Resurrección, municipio de Celaya. Ahí, los policías —dos hombres y una mujer— le habrían golpeado hasta dejarlo al borde de la muerte.
Padilla, malherido, falleció ese mismo día en el Hospital General de la región. “Ayúdenme, dónde está la orden, ayúdenme”, gritó la víctima al momento de su detención.
Rosa Yolanda Samudio, pareja de Juan Carlos, aseguró que mientras ella y su esposo caminaban fueron abordados por varios sujetos, pensaron que eran secuestradores, pues nunca mostraron identificaciones u órdenes de aprehensión.
La mujer aseguró que Juan Carlos forcejeó con los elementos para evitar que se lo llevaran. Los supuestos policías de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de Guanajuato viajaban en una camioneta de la Fiscalía General de la Justicia.
Juan Carlos Padilla Aranda fue sometido y golpeado por los elementos de seguridad. Debido a las heridas causadas a su persona, el hombre quedó inconsciente; los agentes lo trasladaron a la clínica municipal, donde en primer momento no lo atendieron. Padilla permaneció dentro de la unidad de la fiscalía 10 minutos, lapso en el que falleció.
Rosa Yolanda y su familia se enteraron del paradero del comerciante, a través de redes sociales, seis horas después de su captura. De acuerdo con la mujer, en cuentas de denuncias ciudadanas reportaron que un hombre gravemente herido había llegado al Hospital General Celaya.
Tras lo hechos, Fátima Padilla, hija de la víctima publicó en redes sociales.
“Escribo con un nudo en la garganta y con los ojos llenos de lágrimas, estamos viviendo tiempos terribles en los que ya no sabemos de quién hay que cuidarnos, hoy despido con gran tristeza a mi héroe, a mi amor eterno. […] Hombre que sin importar la lluvia, frío, calor, se iba a vender sus tamales y siempre tenía una sonrisa para la gente, hoy despido con impotencia y con un gran profundo dolor y vacío a mi padre”.
El hombre, de 54 años, vendía tamales desde hace 30 años en varios puntos de la ciudad, entre ellos afuera de la Plaza Veleros y en Galerías Tecnológico.
El fiscal estatal, Carlos Zamarripa, dio a conocer que tres policías presuntamente vinculados al homicidio fueron detenidos.
“La tarde de hoy elementos de @AIC_Guanajuato bajo condiciones de oposición de un tumulto cumplimentó una orden de aprehensión en Celaya. El inculpado perdió la vida”, tuiteó.
“Los agentes han sido detenidos y su actuar será investigado a fin de esclarecer la mecánica de los hechos”.
La muerte de Padilla generó polémica y reveló la precariedad de las corporaciones policiales en el país, incapaces de depurarse, de entrenar a sus agentes en lógicas no punitivas y de configurar fuerzas de seguridad profesionales y confiables.