(EL UNIVERSAL).- Uno de los grandes logros de la 4T, que ya debería ser registrado ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual siguiendo el preclaro y lúcido ejemplo de lo que han hecho con sus nombres ya saben quién y Rocío Nahle, secretaria de Energía, es la fórmula mágica para no reportar lujosas residencias en el eje Nueva York-Houston-Lomas de Chapultepec-Coyoacán a la Función Pública, su portal Declaranel, perdón, Declaranet, Hacienda y cuantos filtros gusten y manden.
Dígamos, ¿es usted dueño de un departamento de 1.7 millones de dólares en Park Avenue, en el corazón de Manhattan, a una cuadra del Central Park para poder respirar aire fresco, como el consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra? ¿Su depa de casi 80 metros cuadrados también está a una cuadra de la Quinta Avenida, por si se le antoja el shopping en algunas de las boutiques más exclusivas y caras del mundo después de pagar apenas en octubre 11 mil dólarucos en impuestos (en Estados Unidos, claro)? ¡No hay problema! Simplemente señale que “ese departamento, como otros bienes que adquirí con mi ahora ex esposa, fueron cedidos a ella con motivo de nuestro divorcio”.
¡Siempre hay alguien a quien echarle la papa caliente!
Ahí está el modelito, para continuar, del conductor y académico de la UNAM John Ackerman, quien afirmó molesto que ni él ni su esposa -por cierto, Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, secretaria de la SFP- están obligados a explicarle nada a nadie respecto a su patrimonio, después de que se reveló que compraron cinco casas en nueve años y les regalaron un terreno de 253 metros en el Pedregal de Santo Domingo, porque fue “resultado de su trabajo y de donaciones de su familia”, aunque esas propiedades, ubicadas entre otros puntos en Coyoacán y Tepoztlán alcancen un valor de 60 millones de pesos, cinco veces mayor a lo que aparece en su declaración patrimonial. Si persisten las dudas, denuncie vía Twitter que uno de esos domicilios fue “allanado” con un drone y que todo el día “rondan vehículos extraños, uno de ellos con antenas peculiares”, quizá para “espionaje a distancia”.
Eso, entre los campeones de la nueva clase revolucionaria, porque si es necesaria la modalidad de un viejo lobo de mar, qué tal la empleada por Manuel Bartlett, beneficiario de una exoneración a la Virgilio Andrade cuando Sandoval Ballesteros “investigó” las 23 residencias y 12 empresas vinculadas al director de la CFE, ya que su pareja desde hace dos décadas, Julia Abdalá, “no tiene el carácter de cónyuge o concubina, pues no existe entre ambos un vínculo matrimonial conforme a la legislación civil ni se cumplen los extremos jurídicos para considerar que están unidos en concubinato”.
Ni qué decir de Javier Jiménez Espriú, quien omitió declarar su condominio en Houston, Texas, de 6.6 millones de dólares, porque fue cedido a una empresa fundada por el efímero secretario de Comunicaciones y Transportes, “pero de manera previa a mi regreso como funcionario público, las acciones de esa sociedad, que se encontraban a mi nombre, pasaron a la titularidad de mi hijo Javier Jiménez Gutiérrez”.
Además, a la SFP le sobran argumentos, como fue el caso, expedito y sin tanto rollo, de Olga Sánchez Cordero, también propietaria de un penthouse en Houston, ahí junto al Centro Médico y The Galleria, el mall más grande de la urbe petrolera, puesto que “en un primer momento [sí reservó la información]. Ella, en utilización de su prerrogativa, de su derecho a ciertas reservas para proteger datos de terceros [hizo la reserva], sin saber que Declaranet en automático protege los derechos de terceros”.
Total, que en la 4T siempre hay un tercero o varios terceros para justificar el incumplimiento con la 3de3. Ahora que quieren acabar con la tercerización laboral, no olvidemos que son expertos del outsourcing inmobiliario. ¡Saben cómo subcontratar sus ricas propiedades!
EMULANDO AL JEFE MÁXIMO
Las otras desgracias que les vinieron como anillo al dedo
Ya entrados en gastos, aunque nunca similares al valor catastral de las propiedades fifí de la elite 4T, la secretaria de la SFP se lució emulando las sabias palabras expresadas por el jefe máximo en abril al establecer, que no declarar, que la pandemia, justo mientras dejaba más de 100 mil víctimas en México, le vino como anillo al dedo al magnánimo proyecto transformador porque antes las “emergencias” eran “terreno fértil” para que los intereses privados “se apropiaran cada vez más de lo público”.
¿Qué otras crisis les han venido como anillo al dedo? A lo mejor la decisión de inundar las zonas más pobres de Tabasco tras las intensas lluvias para salvar a Villahermosa; o podría ser la necedad de no querer cambiar la estrategia contra el Covid-19, porque “tenemos a algunos de los mejores especialistas del mundo”.
También podría ser la construcción de la refinería en el muy firme y árido terreno de Dos Bocas o, por qué no, querer utilizar las reservas internacionales, aunque la ley lo prohíba, para tratar de salvar de la quiebra a Pemex.