Además de ser importantes para el medio ambiente, las áreas verdes pueden mejorar la calidad del aire que respiramos, y con esto reducir las enfermedades respiratorias, pero también las muertes por enfermedades cardíacas.
Así lo revela una reciente investigación realizada por la Asociación Americana del Corazón (AHA por sus siglas en inglés), en donde se determinó que un leve aumento en la cantidad de áreas verdes, como parques y jardines, puede contribuir a la disminución de la tasa de fallecimientos por enfermedades cardíacas.