Por Óscar Balderas | Eme Equis

A 200 metros de la oficina del presidente Andrés Manuel López Obrador, en Palacio Nacional, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) guarda en una bodega –cerrada al público– un busto del tabasqueño elaborado en bronce, que sólo unas pocas personas conocen.

La obra fue adquirida en octubre pasado y resguardada en esa bodega ubicada en el edificio 4 de la calle Moneda, en el Centro Histórico, gracias a un trueque que hizo el Sistema de Administración Tributaria (SAT) con el escultor Pedro Ramírez Ponzanelli: en lugar de pagar impuestos con dinero, lo hizo con una estatua del presidente.

La escultura lleva por nombre “Lic. Andrés Manuel López Obrador” y captura un gesto que –en palabras de su autor– es imposible hacer en la vida real, pero en el presidente es posible: el ceño fruncido, la mirada serena y una sonrisa cálida que lo revela “carismático como pocos” .

“Yo no le llamo ‘señor presidente’. Le llamo ‘prócer’, porque esta obra ya forma parte de la historia”, asegura Pedro Ramírez Ponzanelli en entrevista con EMEEQUIS. “No es un busto cualquiera, es un busto que amalgama varios momentos del sentir de un ‘prócer’”.

UNA ESTATUA A CAMBIO DE IMPUESTOS

Para que el escultor Pedro Ramírez Ponzanelli pudiera pagar sus impuestos con un busto presidencial, y no con dinero, como la mayoría de los mexicanos, se acogió a un programa que data de 1957, creado por el muralista David Alfaro Siqueiros, y que en el SAT se conoce como “pago en especie”.

Este programa permite que artistas plásticos mexicanos seleccionen una parte de su obra y cada año la ofrezcan a la Secretaría de Hacienda como su declaración tributaria; un comité evalúa esas obras y determina si cuentan con el suficiente valor como para ser considerado un pago en especie.

En 2020, ese comité –en el que participan representantes del secretario Arturo Herrera y de la jefa del SAT, Raquel Buenrostro– consideró que el busto “Lic. Andrés Manuel López Obrador” tenía el valor estético e histórico necesario para adquirirse a costa del erario y que forme parte del acervo artístico nacional.

Tras ser aceptada por el SAT, la obra en la que Pedro Ramírez Ponzanelli trabajó entre 2018 y 2019 fue sorteada para conocer a dónde sería enviada, junto con el total de obras adquiridas: un tercio va a los municipios, otro tercio a los estados y un tercio a la federación.

Para fortuna del presidente, el busto de bronce, que lo celebra como “prócer”, fue entregado –pese a tener el 66% de las probabilidades en contra– al gobierno federal.

Y para doble fortuna fue resguardado en una bodega que está a una calle de distancia de su despacho en Palacio Nacional.

EL ESCULTOR DE LOS AMIGOS DE AMLO

Al escultor Pedro Ramírez Ponzanelli no solo le gusta esculpir al presidente. También hace obras para los colaboradores del exjefe de Gobierno: él es autor de un busto de la escritora Elena Poniatowska, cercanísima al tabasqueño, y quien alguna vez sonó como su secretaria de Cultura.

Y también es el creador de una placa en la sede del gobierno capitalino, en honor al fallecido periodista Virgilio Caballero, exvocero de Morena, cuya develación estuvo a cargo de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y de la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval.

Entre la comunidad artística hay quienes lo ubican como un hombre cuyas simpatías hacia Morena le han permitido ganar algunos contratos con funcionarios cercanos al presidente, como el exrepresentante legal de Andrés Manuel López Obrador, Jesús González Schmal, quien fue Autoridad del Centro Histórico.

En 2018, Jesús González Schmal celebró la develación de 110 placas que recordarían a los paseantes de las principales calles del Centro Histórico el nombre original de las avenidas. Cada una de esas placas, consideradas y pagadas como obras de artes, fueron obra de Pedro Ramírez Ponzanelli, quien aquel año comenzó el busto presidencial.

No sería la única vez que ganara dinero gracias a Jesús González Schmal, también excandidato de Morena a la entonces delegación Benito Juárez: la Autoridad del Centro Histórico autorizó el pago de un millón de pesos a Pedro Ramírez Ponzanelli como premio por ganar un concurso para crear una escultura que conmemoraría el Centenario de la Constitución de 1917.

El artista en una imagen del TEPJF.

 

El certamen fue criticado por la historiadora Verónica Zárate y el escultor Fernando González Gortázar como un acto político que terminó en nada: la escultura nunca se instaló en la Plaza Tlaxcoaque y el gobierno local tampoco informó si Pedro Ramírez Ponzanelli devolvió ese millón de pesos por una obra que jamás vieron los capitalinos.

En julio de 2018, Pedro Ramírez Ponzanelli posó para una fotografía con el ahora petista Mauricio Toledo, quien pasó de opositor del presidente Andrés Manuel López Obrador a su aliado en la Cámara de Diputados.

“Con un excelente artista, Mtro. Pedro Ramírez Ponzanelli”, tuiteó Mauricio Toledo elogiando al hombre que elogia al presidente.

Pedro Ramírez Ponzanelli posó con el ahora petista Mauricio Toledo. Foto: @mauriciotoledog.

UNA OBRA “INVALUABLE”

El valor económico del busto “Lic. Andrés Manuel López Obrador” es incalculable,  según Adriana Castillo, directora general de Promoción Cultural y Acervo Patrimonial de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Cuando una obra de arte es dada de alta en el gobierno mediante el programa “pago en especie” su valor se vuelve meramente artístico e histórico, por lo que ya no es posible saber cuánto dejó de percibir el Sistema de Administración Tributaria por cobrar en bronce, y no en pesos, los impuestos de Pedro Ramírez Ponzanelli.

EMEEQUIS supo de este busto presidencial gracias a una solicitud de información enviada a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en la que requirió conocer cuántos bienes artísticos, históricos y culturales se han dado de alta por el gobierno federal desde que comenzó el actual sexenio: medallas, grabados, acrílicos, retablo, óleos, litografías, esculturas, acuarelas y más.

Listado de bienes artísticos dados de alta en la SCHP durante 2020.

 

En diciembre de 2018, 162 obras causaron alta en el gobierno federal; en 2019 fueron 603; y en lo que va de 2020 se han sumado 420. En el folio 331 de este año está “Lic. Andrés Manuel López Obrador”, elaborado casi todo de bronce y un poco de granito.

Entre otras obras adquiridas este 2020 está la escultura de bronce “Abortar el aborto” del artista plástico Armando Luna Mejía; una serie de litografías en acuarela, papel y algodón del artista Rosendo Paul Vega Reyes sobre el terremoto del 19 de septiembre de 2017; y un retrato de la cantante Lila Downs, óleo sobre tela, del pintor Otniel Cruz Solano.

EL CULTO AL PRESIDENTE

El busto “Lic. Andrés Manuel López Obrador”, de Pedro Ramírez Ponzanelli, no es la única obra inspirada en el presidente, pero sí la única que se pagó con cargo al erario.

Siendo presidente electo, en noviembre de 2018, una escultura de Andrés Manuel López Obrador, hecha de cantera y de más de 300 kilogramos de peso, fue erigida en un rancho particular en Santa Rosa Jáuregui, Querétaro.

El rancho es conocido como Rutilandia –por el dueño Rutilio Vargas, quien pagó por la estatua– donde hay otras esculturas de personajes destacados de la historia mexicana, como  Emiliano Zapata y Francisco Villa.

En abril de 2019, el artista potosino Amado Montalvo Salazar donó un busto del tabasqueño al municipio de Ciudad Valles, el cual fue develado frente al palacio municipal. El escultor se había vuelto viral meses antes por su escultura del expresidente Benito Juárez con facciones exageradas que usuarios en redes sociales calificaron de “alienígena”.

Ese mismo año, el nombre del presidente bautizó a una colonia popular en Tijuana, Baja California, donde hay 2 mil viviendas en el área de Valle de las Palmas, donde los habitantes crían puercos y gallinas.

Su nombre también identifica a calles en Chimalhuacán, Estado de México; en la alcaldía Xochimilco, Ciudad de México; en Tuxtepec, Oaxaca; en La Concepción, Veracruz. Y, claro, en el estado que lo vio nacer: Paraíso, Tabasco.