Estimado Dr. López-Gatell:

Por medio de este escrito queremos saludarle cordialmente y agradecer su preocupación constante en atender los problemas de salud que aquejan a México. Desde agosto del 2014, mes en que la minera Buenavista del Cobre descargó millones de litros con metales pesados sobre el río Sonora, los Comités de Cuenca hemos levantado la voz para exigir que sea la salud, y no la enfermedad, la que cobije a nuestras familias.

El día miércoles 7 de octubre, durante el Informe Diario por Coronavirus, Arturo Contreras (reportero de Pie de Página) le hizo una pregunta acerca de los pozos contaminados con arsénico y plomo que tenemos a lo largo de los pueblos del río Sonora. El reportero mencionó que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) había dejado de hacer estudios y preguntó si esta Comisión tiene en mente dar continuidad a los análisis, y naturalmente, hacer algo para atender la emergencia que cotidianamente enfrentamos.

En diciembre del 2019, funcionarios de la Cofepris y el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) se acercaron al río Sonora y nos hicieron saber que los pozos estaban contaminados; sin embargo, fue hasta que solicitamos la información a través del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) que pudimos acceder a datos sobre los niveles de metales pesados en el agua de los pozos, ver dónde están localizados algunos de ellos, y constatar la gravedad del problema. Tal situación es preocupante porque esa información debería haber sido de dominio público desde el principio, y son las instituciones quienes tienen la obligación de hacerla pública , no esperar a que los ciudadanos la soliciten a través de un trámite para darse cuenta de la realidad tan adversa que tenemos en el país. La contaminación de nuestras aguas no debería estar archivada.

→ Conoce más sobre el caso de los pozos contaminados en el Río Sonora

Durante seis años hemos vivido nuestra cotidianidad de manera desesperada, sin saber el origen de las enfermedades que cada vez más se presentan en las familias que habitan el río Sonora. Es necesario tener aliados que nos permitan saber el origen de estos malestares; aliados que tengan la capacidad de decir las cosas en voz alta, que propongan soluciones y marquen una agenda clara para la remediación de nuestro territorio.

Doctor López-Gatell, le agradecemos la empática respuesta que dio a nuestro problema la semana pasada; sin embargo, le pedimos también su compromiso y su acompañamiento para tener acuerdos claros, democráticos, calendarizados y participativos. Buscamos compromisos: que las autoridades nos informen oportunamente los hallazgos de sus muestreos, monitoreos e investigaciones, y que nos permitan participar en cualquier plan que se vaya a implementar para atender los graves problemas que nos afectan. Las dependencias de este gobierno se han empeñado en escuchar a los científicos o expertos en la materia, pero también queremos ser nosotras y nosotros quienes estemos al centro de la remediación, tal como hemos estado al centro de la afectación. Durante demasiado tiempo hemos sido ignorados.

Sabemos también, como usted lo dijo públicamente, que el gobierno pasado ocultó información, pero este gobierno lleva dos años más sin sacarla a la luz, sin fincar responsabilidades y sin atender el problema. El gobierno anterior simuló remediar el río, todo para conservar el poder y seguir enriqueciendo a quien tiene de sobra. Y aún así, este gobierno sigue sin hacer justicia. Es grave que cada vez que pedimos la información y acciones concretas, obtenemos un “pronto”, y la fecha nunca llega. Justo es lo que buscamos, respuestas concretas con fechas claras. Entendemos que la justicia en México es lenta, pero cuando juega con nuestra salud, también se vuelve agonizante.

Los planes de remediación original, propuestos en el 2014, incluían potabilizadoras que separaban metales pesados y que estarían financiadas por un Fideicomiso privado que sólo sirvió para dividirnos como comunidad, dejando un río igual de contraminado. Actualmente, estas plantas potabilizadoras siguen ahí, como fantasmas, sólo para recordarnos que la calidad del agua puede ser la que las empresas dicten. Hoy estamos pagando recibos de agua que mantienen en operación los pozos contaminados del río Sonora. El presidente López Obrador ha prometido devolver al pueblo lo robado, y a nosotros nos robaron la tranquilidad. Le pedimos amablemente, Dr. López-Gatell, que gestione la devolución de nuestra tranquilidad. En el río Sonora no tenemos apellidos elegantes, de esos que a veces suenan en las mañaneras, pero sí tenemos familias que sufren todos los días por un desastre acontecido hace seis años.

Bajo conocimiento de que los metales pesados son bioacumulables, estamos en una crisis de salud, pues han sido años de acumulación de sustancias químicas en nuestros cuerpos. Mientras tanto, se siguen vulnerando nuestros derechos a la salud y al agua. Vivimos una emergencia, y como tal, esperamos que las respuestas desde el Gobierno Federal sean consistentes y sin más demoras.

Le mandamos un saludo respetuoso,

Justicia, Remediación y No Repetición
Comités de Cuenca Río Sonora