La división del grupo del narcotráfico Guerreros Unidos ha provocada una espiral de violencia y muerte en Iguala, Guerrero, México, que ha alcanzado a la prensa en esa región del sur del país.
Este martes, un grupo de periodistas de Iguala emitió una carta dirigida al presidente de México, así como a diferentes autoridades federales, estatales y municipales, donde pidieron protección y denunciaron que grupos del crimen organizado a nivel local los amenazaron de muerte a ellos y sus familias.
“En las últimas semanas, en el contexto de la guerra que mantienen grupos del crimen organizado en esta ciudad, hemos sido amenazados por medio de llamadas y mensajes a través de la aplicación WhatsApp, por acudir a coberturas y publicar distintos hechos de violencia, así como denuncias de abusos de autoridad por parte de corporaciones policiacas”.
Explicaron que la semana pasada tras cubrir una protesta de familiares de personas detenidas en la sede de la Fiscalía Regional Norte, varios periodistas recibieron llamadas telefónicas donde un grupo criminal lo amenazó de muerte.
#México @RSF_esp ha tenido conocimiento de la alerta urgente que lanzo un grupo de periodistas de #Iguala, en el estado de Guerrero, tras haber sido amenazados. pic.twitter.com/EUncfyqsG3
— RSF en español (@RSF_esp) October 14, 2020
“Con palabras agresivas y ofensivas, a varios nos amenazaron de muerte y nos exigieron no meternos en la disputa que mantienen dos grupos del crimen organizado, acusando que la información que publicamos es tendenciosa”.
Además, les advirtieron que “en las próximas semanas un integrante de nuestro gremio sería asesinado como Pablo Morruegas, compañero periodista acribillado el 2 de agosto de este año, pese a que contaba con medidas de cautelares”.
“A algunos nos llegaron a decir que nos harían pedacitos y enseguida nos enviaron mensajes que contenían algunas fotografías en las que aparecemos, indicando que todos estamos ubicados. En algunos casos también nos amenazaron con atentar contra nuestros familiares”.
Indicaron que producto de estas amenazas el pasado 7 de octubre no dieron cobertura a la “marcha por la paz” convocada por ciudadanos y transportistas en Iguala.
“El silencio que se apoderó de Iguala ese día representa una mordaza para los medios de comunicación, lo cual consideramos, es un hecho gravísimo sobre todo en una ciudad en la que hace apenas seis años, fueron desaparecidos 43 estudiantes, y donde las autoridades prometieron regresar la paz y la tranquilidad”.
El contexto
De acuerdo con autoridades federales consultadas por Animal Político, la violencia que se vive en este municipio localizado en el norte de Guerrero, se debe a una división del grupo Guerreros Unidos por el asesinato de dos de sus líderes ocurridos hace medio año aproximadamente.
Los Guerreros Unidos es una organización criminal que opera en los estados de Guerrero y Morelos, y que en múltiples ocasiones han sido señalados por las autoridades mexicanas de estar detrás de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, ocurrido 26 de septiembre de 2014.
En la actualidad, al menos en Iguala, el grupo está dividido en dos células criminales: los “Bandera de Iguala” y “Los Tilos o Peques”, quienes a su vez están aliados con un grupo denominado los “Tlacos.
En el caso de “Los Tilos”, éstos se desterraron por un tiempo tras la desaparición de los 43 estudiantes, pero volvieron a reagruparse en la zona.
Estos grupos se pelean la distribución de droga en Iguala y comunidades vecinas.
El asesinato de dos de sus líderes provocó que ambos grupos comenzaran una cruenta batalla por el control delictivo local, al grado de presentarse ataques armados en los domicilios de varios de sus integrantes, así como una serie de asesinatos y desapariciones.
En el caso de “Los Tilos”, de acuerdo con reportes de medios locales como el portal PM Noticias donde era director el periodista asesinado Pablo Morrugares, se aliaron con “Los Tlacos” o “Cartel de la Sierra”, quienes operan en Nuevo Balsas, en la zona serrana del estado.
“Los Tlacos” es un grupo criminal que ha intentado en otras ocasiones entrar a operar a Iguala y aprovecharon el momento para aliarse con una de estas células en disputa.
“Lo que estamos viendo es un reacomodo de grupos”, dijo una de las fuentes federales consultadas.
El enojo con la prensa, sin embargo, se debe a que los medios de corte policiaco han documentado los hechos de violencia transcribiendo, en la mayoría de las ocasiones, los mensajes que se dejan estos grupos en cartulinas, lonas y mantas en los lugares donde han ocurrido asesinatos.
“Lo anterior ha generado enojo de los dos bandos, porque exigen a los medios y periodistas que dejen de publicar los mensajes de sus enemigos”.
Lo anterior provocó que, el pasado 4 de agosto, en el taller donde se imprime El Diario de Iguala y El Diario de la Tarde, un grupo armado disparara al portón y prendiera fuego a sus instalaciones, ocasionando solo daños materiales.
Como medida de protección los medios dejaran de transcribir los mensajes, limitándose a publicar fotos o videos de los hechos de violencia.
En el caso de El Diario de la Tarde, dejaron de publicar su versión impresa, para proteger a sus voceadores, que en otras ocasiones han llevado la peor parte, pues en los últimos cinco años han asesinado a cinco de ellos cuando no les gusta una nota, de acuerdo con una de las fuentes consultadas.
Los compromisos
Este jueves, a manera de protesta, reporteros de Guerrero se manifestaron en Chilpancingo, capital del estado, para exigir que se garantice la seguridad de los comunicadores de Iguala, además de calificar como grave que los grupos delincuenciales estén por encima de las instituciones de seguridad.
Por la tarde, autoridades de los tres niveles de gobierno, incluidos los representantes del Mecanismo de Protección para Defensores y Periodistas a nivel federal, se reunieron en Iguala para tomar acciones que permitan garantizar la seguridad de los comunicadores locales.
Además de acordar el reforzamiento de la seguridad en la zona, con más patrullas y mayor presencia policial y militar, se acordaron tres acciones con los cerca de 150 periodistas que laboran en Iguala.
La primera acción fue “ubicar a todos los periodistas que están en situación de riesgo para integrase al Mecanismo de Protección”.
La segunda medida acordada fue “tener una reunión con autoridades del estado para establecer una ruta conjunta de intervención no solo con casos individuales sino para todo el gremio”.
La tercera acción fue ofrecer “acciones de prevención como cursos de protección y mesas de interlocución con las autoridades locales responsables de la seguridad”.