El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, infectado de Covid-19 y luego de permanecer cuatro días en el hospital militar Walter Reed, se convirtió también en un acto de campaña.
En sus mensajes a través de la red social de Twitter (donde le anularon un tuit por incumplir las reglas) manifestó que se sentía muy bien, “mejor que hace 20 años”, y subrayó que las personas no debían dejar que el coronavirus dominara sus vidas y que no tuvieran miedo, lo que sus críticos en las mismas redes calificaron de irrespetuoso, ante el dolor de los familiares de más de 210 mil fallecidos en Estados Unidos.
A pesar de que los demócratas retiraron los mensajes negativos contra Trump de su campaña, como una atención hacia su padecimiento, los del partido en el poder no cesaron en los ataques contra el candidato presidencial Joe Biden, haciendo referencia a que usa cubrebocas.
“A quién se le iba a ocurrir que los republicanos iban a tener esa reacción, es impresionante. Yo no había visto una campaña política de tan bajo nivel, creo que ni en la de reelección de Richard Nixon de 1972. Ni en esa recuerdo que fuera así de baja y de rastrera, lo que habla también del deterioro político del país”, señaló Óscar Ugarteche, economista, novelista y miembro del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
“El nivel lo ha puesto Trump”, agregó el también especialista en finanzas internacionales, “y él, a su vez, es el reflejo de lo que pasa en el país”.
Usando una mascarilla, Trump caminó ayer desde el hospital hasta una limusina que lo llevó al Marine One para abordar un corto vuelo en helicóptero rumbo a la Casa Blanca.
El equipo médico de Trump, de 74 años, le ha administrado el esteroide dexametasona, que habitualmente se emplea en pacientes con síntomas más graves de Covid-19.
El periodo normal de cuarentena para cualquier persona que haya dado positivo del nuevo coronavirus es de 14 días, y Trump acaso suma tres.