Por: Arturo Angel | Animal Político
De enero a septiembre de 2020 al menos 422 policías estatales y municipales han sido asesinados en México. Muchos de ellos al intentar impedir algún delito, pero otros en emboscadas o en ataques directos de integrantes de la delincuencia organizada, por criminales que los superaban en número y armamento.
Se trata, en promedio, de uno a dos policías asesinados todos los días en el país, lo que convierte a este año en uno de los más violentos para las corporaciones policiales. Guanajuato, Veracruz y Estado de México son las entidades más letales para los uniformados.
Y a ellos se suman los elementos fallecidos en las fuerzas federales. En los primeros ocho meses de este año al menos nueve elementos de la Guardia Nacional también fueron asesinados, junto con cuatro elementos de las fuerzas armadas que participaban en operaciones contra el narcotráfico.
Con esa violencia en ascenso, también han crecido los reclamos por los recortes a los fondos de seguridad que el gobierno federal tiene previstos para el próximo año, y que incluso contemplan la eliminación completa del subsidio para fortalecer a las corporaciones municipales. Ayer la Coparmex emitió un comunicado en el que urge a revertir dicha situación.
De acuerdo con la organización civil Causa en Común, que desde hace tres años realiza un seguimiento en tiempo real de las cifras de policías asesinados, del 1 de enero al 30 de septiembre de 2020 perdieron la vida en el país 422 policías estatales, ministeriales y municipales como resultado de ataques o agresiones de la delincuencia.
Lo anterior equivale a un promedio de 1.53 policías asesinados todos los días. Dicho de otra forma: cada 24 horas son asesinados en México entre uno o dos agentes de las fuerzas de seguridad estatales.
Este promedio de violencia es notablemente superior, por lo menos, al de los dos últimos años. Los datos de Causa en Común muestran que en 2019 el promedio diario de policías asesinados fue de 1.19, mientras que en 2020 ascendió a 2.24. De continuar la tendencia, el 2020 podría cerrar con más de 500 policías asesinados.
Los datos muestran que junio, con todo y el confinamiento por la pandemia del COVID-19, ha sido el mes más violento para los policías en el país con 64 policías asesinados, seguido de marzo con 63 y julio con 57. Hasta ahora septiembre es el mes con menos reportes de policías asesinados, pero dado que la estadística se encuentra en actualización constante y a que dicho mes acaba de terminar, se prevé que crezca en las próximas semanas.
Focos rojos y emboscadas
La estadística de la organización registra agresiones letales a policías en prácticamente todo el país. Solo hay dos entidades, Campeche y Baja California Sur, que reportan cero casos hasta la fecha.
Hay siete entidades que concentran prácticamente el 60 por ciento de los policías asesinados. Se trata de Guanajuato, Estado de México, Veracruz, Guerrero, Chihuahua, Ciudad de México y Michoacán. Estos estados acumulan, entre todos, 244 policías asesinados de los 420 registrados en 2020.
El caso más grave es Guanajuato que reporta 74 policías asesinados en su territorio en los primeros nueve meses del año. Esto significa que 1 de cada 6 asesinatos de policías registrados en el país en lo que va del año han ocurrido en esta entidad que, además, es la que acumula la mayor cantidad de homicidios en México.
Guanajuato registra jornadas especialmente violentas contra las fuerzas del orden como la registrada el pasado 3 de julio, cuando cinco policías estatales fueron asesinados en un ataque sorpresivo de presuntos integrantes del crimen organizado en la localidad de Apaseo el Alto.
Hay ocasiones en que los policías no han tenido ni la más mínima posibilidad de defenderse como fue el caso de tres agentes de Silao, Guanajuato, que fueron acribillados afuera de un centro comercial cuando se encontraban desarmados.
Luego de Guanajuato, el Estado de México es la segunda entidad con más agentes asesinados en lo que va del año con 35 en total. Después le sigue Veracruz con 33 policías asesinados, Guerrero don 32, Chihuahua con 30, y Ciudad de México y Michoacán con 20.
Entre los casos ocurridos en esos estados destaca el homicidio de dos elementos de la policía capitalina el pasado 26 de junio, que perdieron la vida en medio de una emboscada que presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación le tendieron al secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch.
Más reciente fue la agresión en contra de cuatro elementos de la policía estatal del estado de México ocurrido el pasado 11 de septiembre en el municipio de Villa Guerrero. Tres agentes perdieron la vida.
Una de las agresiones más graves y que aún no aparece en la estadística de Causa en Común ocurrió apenas el pasado 1 de octubre en el municipio de El Mezquital, Durango.
En esa localidad, sobre una carretera federal, sujetos armados emboscaron un convoy de la policía estatal lo que dio pie a un enfrentamiento.
El saldo final fue de seis uniformados muertos y siete más lesionados, además dos de los agresores perdieron la vida. Las autoridades indicaron que era el segundo ataque contra uniformados en la misma zona y en menos de un mes.
Las bajas federales
Aunque en menor medida, las corporaciones federales que participan en acciones de seguridad y combate al crimen también han registrado bajas en sus filas a consecuencia de agresiones criminales.
En el caso de la Guardia Nacional, los datos oficiales obtenidos a través de transparencia revelan que nueve de sus elementos han perdido la vida por agresiones del crimen organizado en los primeros ocho meses del año. Estos ataques se han registrado en Baja California, Tamaulipas, Guerrero, Michoacán, Jalisco y Querétaro.
La Secretaría de la Defensa Nacional reportó, por su parte, que cuatro de sus efectivos pertenecientes a los regimientos de infantería y motorizado, que participaban en apoyo a las acciones de combate al crimen organizado y narcotráfico, murieron a causa de agresiones del crimen organizado. Los casos han ocurrido en Quintana Roo, Tamaulipas y Jalisco.
Recortes pese a violencia
Pese al crecimiento de la violencia en contra de los elementos de las corporaciones policiales y a que el país se encuentra este año en niveles de violencia homicida similares a los de 2019 que fueron récord, para el 2021 el gobierno federal proyecta menos presupuesto para las fuerzas de seguridad civil.
Por ejemplo, se prevé que el denominado Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública FASP (un subsidio federal que se reparte cada año a los estados) registre una disminución de 0.02 por ciento en 2021. A ello se suma una caída del 4.5 por ciento en el presupuesto del Fondo de Aportaciones para el fortalecimiento de los municipios (FORTMUN), de donde también se toman recursos para los policías.
Pero el mayor golpe se encuentra en el denominado FORTASEG que es un subsidio que anualmente se entrega a los 300 municipios con los mayores índices de violencia en el país, y que tiene como finalidad fortalecer a las policías municipales. En 2020 dicho subsidio ascendió a más de 3 mil 200 millones de pesos; para el próximo año el gobierno no ha previsto ni un solo peso.
Esto ya ha dado pie a diversas críticas de organizaciones, gobernadores y alcaldes que piden que dicha decisión sea reconsiderada. La última manifestación de rechazo la hizo pública ayer en un comunicado la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
“Alcaldes de todos los partidos han alzado la voz para restaurar al FORTASEG en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2021. Sin esos recursos podría estallar una crisis de seguridad de niveles sin precedentes. Algunos alcaldes lo han descrito como una auténtica catástrofe para los municipios y como una irresponsabilidad por parte de la federación”, indicó la Coparmex.