La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó por la posible escasez mundial de la vacuna contra la influenza.
De acuerdo con la OMS, la demanda de vacunas contra la influenza entre los países del hemisferio norte que se acercan a la temporada de invierno, es mayor que la producción.
A través de un comunicado, la OMS advirtió que, ante la llegada de la temporada de influenza, se debe dar prioridad a los ancianos y trabajadores de la salud para la inmunización.
“Ha habido una mayor demanda y ahora escuchamos que algunos países que están tratando de obtener la vacuna contra la influenza no pueden hacerlo”, explicó la doctora Ann Moen, jefa de Preparación y Respuesta a la Influenza de la OMS.
La experta advirtió sobre la peligrosidad de la influenza de cada año, la cual cobra la vida de miles de personas y señaló que se han emitido una serie de recomendaciones respaldadas por el Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización (SAGE) para la vacunación durante el COVID-19.
“Sobre la base de una serie de consideraciones, que incluyen aliviar la carga adicional sobre los sistemas de atención médica y las poblaciones vulnerables y administrar suministros potencialmente limitados de vacunas contra la influenza, SAGE ha recomendado y respaldado en la última semana que los trabajadores de la salud y los adultos mayores sean los grupos de máxima prioridad para la vacunación contra la gripe durante la pandemia de COVID-19”, agregó la experta.
Los cinco grupos clave de riesgo para la vacunación, de acuerdo con la OMS, son las mujeres embarazadas, niños, personas con afecciones médicas subyacentes, adultos mayores y trabajadores de la salud, sin ningún orden en particular, pero debido a la crisis actual han decidido establecer estos dos últimos grupos como prioritarios.
La influenza estacional afecta a personas en todos los países y da como resultado hasta mil millones de casos, de tres a cinco millones de casos graves y, en promedio, de 290 mil a 650 mil muertes anuales relacionadas con problemas en las vías respiratorias.
Los indicios de que podría haber una posible escasez de vacunas contra la influenza se remontan a abril, cuando los países hicieron pedidos a los fabricantes de productos farmacéuticos, conscientes del aumento de la carga que la pandemia de COVID-19 podría representar para sus sistemas de atención médica.