El primer ministro británico, Boris Johnson, admitió la llegada de una segunda ola de contagios de COVID-19 a Reino Unido.
Johnson aseguró que esto era inevitable y que no quería adoptar medidas de cierres y restricciones más importantes pero podrían ser necesarias en caso de que las actuales no reduzcan el virus.
Ministros de Reino Unido analizan la posibilidad de imponer un cierre nacional de dos semanas en caso de que las medidas tomadas, como el distanciamiento social y la prohibición de reuniones sociales de más de seis personas, no contengan el contagio.
Johnson aseguró que lo que se buscaría es que las escuelas permanezcan abiertas.
“Queremos intentar mantener abiertas todas las partes de la economía en la medida de lo posible; no creo que nadie quiera entrar en un segundo cierre, pero claramente, cuando miras lo que está sucediendo, debes preguntarte si es necesario ir más allá de la ‘regla de los seis’. Estaremos analizando los bloqueos locales”, señaló.
El número de contagios diarios por COVID-19 se ha incrementado a niveles de mayo, cuando la enfermedad alcanzó un pico en Reino Unido.
Diariamente, en promedio, se registran 4 mil 322 nuevo contagios, que demuestran que la enfermedad casi se ha duplicado en una semana.
También las admisiones hospitalarias se han incrementado en los últimos días.
Johnson hizo un llamado a la población a mantener medidas básicas de distanciamiento social, a las que llamó “cruciales”.
Sugirió que la población, que hasta este mes estaba regresando al trabajo y a salir a comer fuera para ayudar a la economía, bajó la guardia y permitió que el virus ganara terreno.