Por Víctor Hugo Arteaga
HERMOSILLO, Sonora, septiembre 3 (EFB).- Un video que poseen investigadores oficiales confirma que la camioneta de Rhonita LeBarón de Miller no explotó tras el ataque armado donde ella y cuatro de sus hijos perdieron la vida en la masacre de Bavíspe: la camioneta fue incendiada por los mismos tiradores.
Hace diez meses, cuando el lunes 4 de noviembre, alrededor de las 10:30 horas, los Miller se trasladaron hasta el lugar desde donde salía humo negro.
Se pensó que la camioneta pudo incendiarse después de la metralla a la que había sido sometida.
Autoridades confirmaron a los deudos de las 9 víctimas, que al menos fueron disparados 3 mil proyectiles en los dos ataques ese día.
En el video que obtuvieron autoridades de ambos países tras la extracción de datos de un teléfono celular analizado a uno de los tiradores detenidos, se logra escuchar claramente a uno de los sicarios apostados en la parte superior de una loma dar la orden “¡Quémala!”.
Un hombre uniformado con traje camuflajeado dio la orden de quemar la camioneta blanca tipo Suburban en la que viajaban Rhonita LeBarón de Miller de 30 años de edad y sus hijos Howard de 12, Krystal de 10 y los mellizos Tiana y Titus de 8 meses apenas.
El acto criminal ocurrió a pocos kilómetros de la comunidad de La Mora, cerca de San Miguel, donde viven las familias encabezadas por el suegro de Rhonita, Kenny Miller, quien minutos antes había prestado esa camioneta a su nuera y nietos, ante la descompostura de la de ella.
El video de 60 segundos de duración, muestra el comportamiento de al menos ocho personas, segundos después de acribillar a los ocupantes de la camioneta.
La grabación fue hecha desde una loma en el camino vecinal y en él se puede apreciar a seis individuos vestidos de trajes tácticos todos en color negro, acercándose a la camioneta blanca después de haber disparado desde arriba a la izquierda del vehículo y desde atrás.
Al inicio del video puede observarse aún cómo salía humo de la parte trasera derecha de la camioneta, mientras dos hombres desde una colina ubicada a unos 100 metros graban en un teléfono celular los movimientos de sus compañeros, quienes caminan hacia la camioneta.
Un hombre del que se alcanza a ver su brazo izquierdo con chamarra camuflajeada de color verde y beige, además de guantes tácticos de color negro, comenta a su acompañante en ese sitio “ahí le van a dar el último ya”. Se refiere a una última ronda de disparos, que terminaron con la vida del pequeño Howard.
Mientras tanto, en la parte baja de esa colina, tres sujetos han llegado ya a la parte trasera de la Suburban blanca e inspeccionan el lugar en el que viajaban Tiana y Titus, los dos mezillos de ocho meses de edad y la pequeña Kristall de diez años.
En la parte delantera, según los peritajes oficiales, conducía Rhonita LeBarón de Miller y a su lado en el asiento del copiloto estaba el mayor de los menores que viajaba en ese momento, Howard, cuyo cuerpo fue encontrado afuera de la camioneta casi junto a la llanta delantera derecha.
No se ha podido establecer si el pequeño fue sacado de la camioneta o él mismo intentó bajarse de ella herido y arrastrarse en busca de ayuda.
Confirman existencia del documento visual
Bryan LeBarón, uno de los voceros de la familia chihuahuense confirmó que ese video sí existe y no cree en la teoría de una confusión por parte de los tiradores.
“Yo personalmente vi el video varias veces en las oficinas de SEIDO, y la descripción me parece muy precisa. Fue muy difícil mirarlo para decirte la verdad, pero mi determinación de saber la verdad y de poder exigir justicia me dio la fuerza para estudiarlo con mucho cuidado.
“Para mí los asesinos vieron que habían atacado a niños y mujeres antes de terminar de matarlos y de prenderles fuego. Yo creo que desde la posición en la que se tomó el video, ellos vieron claramente a Rhonita cambiar el equipaje de su camioneta descompuesta a la que le proporcionó Kenny para poder seguir su viaje”, enfatizó.
Para él, era fácil que los sicarios, quienes estaban apostados en espera de que llegara un grupo rival para emboscarlos por ese camino, identificaran a una mujer pequeña de estatura y muy rubia cambiando las maletas durante varios minutos.
“Los sicarios, quienes ahora sabemos tenían una preparación y capacitación muy elevada, no tuvieron posibilidad de equivocarse, pues durante varios minutos observaron que eran niños y una mujer indefensa la que ahí estaba y no un grupo táctico de sus enemigos.
“Su único motivo ese día, por su posición en ese lugar (la loma al lado del camino), era observar e identificar a los enemigos que esperaban atrapar en ese lugar”, consideró Bryan LeBarón.
El empresario con doble nacionalidad añadió que la SEIDO les confirmó que recogieron más de 3 mil cartuchos en la escena del crimen y que en el evento participaron activamente ex policías municipales y ex militares.
“Son terroristas muy capacitados. A estos asesinos profesionales no les importa un pelo matar y calcinar a niños y mujeres inocentes.
“Ellos matan a quien se les ordena matar, y no sólo duermen muy a gusto el día siguiente, si no que presumen de sus muchas víctimas cada vez que se emborrachan o están drogados”, dijo en entrevista por mensajería celular.
Bryan LeBarón solicita a las autoridades mexicanas clasificar el asesinato de nueve de sus familiares como un acto para generar terror en la región y en el país.
“Están determinados a controlar gran parte del país y del gobierno. El código penal de la República define sus acciones ese día, como actos de terrorismo y los datos oficiales muestran que en nuestro México viven y operan los grupos terroristas más peligrosos del mundo”, concluyó.